Los awaras. Historia aborigen de la Palma

Nos podemos informar sobre los awaras y la historia aborigen de la Palma en múltiples lugares que plasman los estudios históricos de todas las islas Canarias, investigaciones acerca de los primeros pobladores del archipiélago canario y los escritos de algunos investigadores relevantes como Juan de Abréu Galindo o Conrado Rodríguez Martín, entre otros. Pero aquí vamos a comentar unas breves e interesantes pinceladas sobre la historia de la Palma que como visitante podrían interesarte. ¡Vamos a ello!

Awaras. Los primeros pobladores de la Palma

Hasta el momento no es posible conocer el origen exacto de los primeros pobladores de la Palma (y de todo el archipiélago canario) pero sí sabemos que esta isla pudo ser habitada desde el siglo X antes de Cristo. Incluso hay teorías basadas en los estudios de restos y momias encontradas, que podrían enmarcar a estos primeros pobladores en el año 2000 antes de Cristo.

Hay varias teorías en cuanto a cómo pudieron llegar estas primeras poblaciones a las islas, ya que en ese tiempo no era conocida la navegación. Lo que sí es seguro (y así queda demostrado) es que estas primeras poblaciones tenían sus orígenes en las tribus del Norte de África. La genética guanche, de hecho, contiene un claro componente bereber.

¿Cómo se instauran estos primeros pobladores en las islas?

  • Una teoría argumenta básicamente que se trataba de poblaciones esclavas de las zonas de Libia y del Magreb aquí instauradas, con las que se comerciaba y a las que se les esclavizaba, fruto de las ocupaciones romanas y fenicias del Norte de África. Es la teoría más probable y explicada.
  • Otra teoría argumenta que quizás, estos primeros pobladores pudieran venir por sus propios medios, escapando de sus lugares de origen con pretensiones de encontrar otros lugares donde instalarse. Esta teoría sigue siendo muy cuestionada por el desconocimiento de la navegación en aquella época y el origen primitivo de estos primeros pobladores; no obstante, hasta el momento resulta imposible descartarla.

Lo que sí tenemos claro es el origen bereber, sin descartar los orígenes mediterráneos y también subsaharianos. Algo lógico si pensamos que estas poblaciones norteafricanas de la época ya contaban con dicho mestizaje.

La vida de los awaras

A estos primeros pobladores de la isla de la Palma se les conocía como benahoaritas, fruto del propio nombre que le daban a la isla, Benahoare. El significado de esta palabra es bien lógico y natural, fruto de la época y el entorno primitivo al que nos estamos refiriendo. Benahoare significa «tierra mía» o «mi tierra». Algo que podríamos traer a nuestro lenguaje como «patria». Ese era el nombre de la isla de la Palma para su población aborigen.

Cuando visitamos los museos, los centros etnográficos y culturales de la Palma, así como si buscamos otras informaciones históricas de la isla, debemos saber que a los benahoaritas también se les conoce como «awaras» «awaritas» o «ahuaritas». Nos referimos así a los aborígenes de la Palma.

Hay diversos estudios y teorías que calculan la demografía de Benahoare. Todos argumentan que la población primitiva de la isla iba entre los 1000 y 3000 habitantes. Una población pequeña y autocontrolada por medio del infanticidio, teniendo en cuenta los escasos recursos basados en la más llana subsistencia.

En cambio, todos los escritos históricos hacen referencia a una población de piel blanca, más alta, fuerte, corpulenta y con espíritu guerrero tanto en hombres como en mujeres. No son pocas las historias que hablan de la mujer palmera como fuerte y luchadora; participativa en todos los conflictos y contiendas entre los diversos cantones de la propia isla, con otras islas del archipiélago e incluso en la conquista castellana de la Palma.

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Otros aborígenes, como los de la isla vecina del Hierro, siempre temían a la población palmera por su fuerza, corpulencia y poderío en la lucha.

Un modo de vida primitivo

Los benahoaritas llevaban a cabo una vida primitiva basada en la subsistencia. Una población trashumante y ganadera que subía a las cumbres en la época estival para permanecer en las medianías y bajaban a las zonas más cercanas a la costa el resto del año. Basaban sus labores en el cuidado del ganado: ovejas, cabras y cerdos (traídos del continente africano) y también existen estudios que demuestran que laboraban cultivos de cebada, habichuelas, trigo y lentejas.

No obstante se dice que la base de su alimentación solía ser la leche, las raíces de helechos y la recolección de frutos silvestres como los dátiles, los piñones, los bicácaros y los frutos del acebuche, la faya y el madroño. Como curiosidad, el gofio era una masa preparada a partir de las raíces de helechos y malvas secas. Complementaban esta alimentación con la caza de aves y lagartos.

Preparaban caldos de carne que acompañaban con este gofio y también consumían ingentes cantidades de leche de cabra.

También hay estudios que demuestran la actividad pesquera de estos primeros pobladores de la isla de la Palma. Las épocas del año que se instalaban en las zonas costeras también recolectaban moluscos como las lapas y los burgados y pescaban sargos, viejas y abadejos principalmente.


Estrecha relación con la gastronomía actual

Carne de cabra, carne de cerdo, leche y quesos de cabra y el gofio (de hoy) junto con algunos frutos silvestres fueron una buena base de la alimentación palmera tradicional y aunque mucho más completa, variada y actualizada todavía forman parte de la dieta canaria a día de hoy, junto con las lapas y el pescado típico del archipiélago.

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Los awaras también curtían las pieles de sus ganados para fabricar sus vestimentas y calzado (importante, dada la orografía y composición geológica de la isla). Además ejecutaban labores de fabricación de objetos útiles para la vida cotidiana y la defensa empleando el barro, la piedra y la madera. Buena muestra de ello podemos encontrar actualmente en el Museo Benahoarita, el Tendal o las Cuevas de Belmaco (entre otros puntos etnográficos que visitar en la Palma).

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Se organizaban en cantones (pequeños reinos) que curiosamente coinciden a día de hoy, en buena parte, con los actuales municipios de la isla. Estos cantones giraban en torno a unas pocas familias que ocupaban una determinada zona geográfica de la isla y cada uno tenía un mencey (rey) como jefe del cantón. Las familias benahoaritas vivían en cuevas situadas en las laderas y desembocaduras de los barrancos y también fabricaban pequeñas chozas de piedra y barro seco. A día de hoy todavía podrás observar muchas de estas cuevas si realizas senderismo por los barrancos de la Palma.

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Pobladores muy pacíficos y en convivencia

Una vida primitiva, basada en la subsistencia y siempre adaptada a la naturaleza de la isla, las inclemencias y estaciones del clima y organizada en diversas familias que pertenecían a diferentes cantones. Por otro lado, se cree que en general esta población aborigen era muy pacífica y amistosa entre cantones. Al parecer, todos se respetaban y convivían en el territorio palmero sin demasiadas trifulcas y de forma independiente. Únicamente se producía el robo de ganado entre cantones y vecindades, pero se narra que no era considerado como motivo de batalla. Lo consideraban como un acto de valentía y coraje.

También se sabe que la paz se rompía en diversas ocasiones ante la llegada y los desembarcos de los aborígenes de otras islas. Eran comunes las llegadas de pueblos bimbaches (aborígenes de la isla del Hierro) con pretensiones del robo de ganado y la captura de esclavos. Pero estamos hablando ya de la época de pre conquista de la isla y conquista del archipiélago (posterior al año 1400).

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Creencias y culto de los awaras

Es sabido que los benahoaritas tenían sus creencias religiosas y rendían culto a los dioses en base a los astros. Tenían interés en el más allá y rendían culto al sol y a la luna. Además creían en un ser superior, que habitaba en el cielo, al que llamaban Abora y también creían en un espíritu maléfico, al que denominaban Haguanran. Además es posible que creyeran en la vida tras la muerte; ya que cuando alguien enfermaba mucho y quería morir lo encerraban en una cueva sin que el cuerpo tocara la tierra, por lo que lo cubrían con pieles y cerraban la cueva, dejándole una vasija con leche.

Muestra las creencias de los awaras

Los petroglifos

Son varios y diversos los petroglifos que podemos encontrar en la actualidad en la isla de la Palma. Grabados o tallados en piedra manifiestan el interés por la comunicación, la relación con sus creencias religiosas y lugares de culto. Curiosamente los primeros petroglifos de Canarias fueron encontrados en la isla de la Palma, son los que podemos visitar en las Cuevas de Belmaco.

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Estos grabados tienen relación con las zonas de abastecimiento de agua, como los que podemos visitar en la Zarza, o en las zonas y barrancos de pastoreo, como los hay por varios lugares en el municipio del Paso. Los grabados benahoaritas se diferencian de las aportaciones rupestres de otras culturas en que siempre tienen formas circulares, de espirales o meandros. Llama bastante la atención la teoría que relaciona algunos de estos petroglifos con posibles rituales a la lluvia, que quizás se empleasen a modo de invocación durante las épocas de sequía.

Sin lugar a dudas estos grabados rupestres y los yacimientos arqueológicos de la isla de la Palma, han sido algo clave en los estudios e investigaciones realizados para comprender y dar respuesta al pasado aborigen de todas las islas Canarias.

Las pirámides guanches

Los awaras, al igual que el resto de pueblos guanches y bimbaches del archipiélago canario, también elaboraban pirámides de poca altura, como podemos observar en algunos lugares de la Palma. Algunos historiadores están convencidos de que este tipo de construcciones tenían un trasfondo de culto a los astros. La previa nivelación del terreno, la cuidadosa talla de las piedras en las esquinas y la posición de estas pirámides en relación con los amaneceres y las puestas de sol en los solsticios les hacen pensar que debían ser claras manifestaciones de culto, al igual que ocurre en el resto de pirámides guanches del archipiélago y en otros lugares del mundo.

En cambio, otros historiadores y arqueólogos argumentan en sus teorías que este tipo de construcciones pueden deberse a simples acumulaciones de piedras realizadas por los agricultores al preparar sus tierras. Existe algo de controversia con este tema, ya que algunos arqueólogos argumentan que este tipo de construcciones en el archipiélago no datan de hace más de 300 años. No tenemos una evidencia definitiva acerca de todo esto ya que las piedras con las que están elaboradas pueden tener muchos siglos a la espalda y por el propio sistema constructivo es muy difícil conocer la edad real de estas pirámides.

Pirámides del Paso, muestran las creencias de los awaras en la Palma

El Roque Idafe

Si había un lugar emblemático en la isla de Benahoare en cuanto al culto se refiere es, sin lugar a dudas, el Roque de Idafe. Un majestuoso roque que encontraremos en el centro de la Caldera y que seguro te quieres acercar a verlo y fotografiarlo si realizas esta tremenda ruta de la Caldera de Taburiente.

Para los awaras, awaritas o benahoaritas se trataba realmente del centro del mundo; el auténtico centro de su tierra, la única que conocían en aquel entonces. Un punto que conectaba la Tierra con el cielo y un lugar de culto, donde realizaban diversos oficios religiosos. Siempre se habla de que los benahoaritas se reunían junto a Idafe y pronunciaban su oración «dice que cae Idafe» y otros respondían «dadle lo que traéis y no caerá».

Creían que si el Roque Idafe caía podría suponer el fin de sus días. El final del mundo conocido, su tierra de Benahoare. Motivo por el cual hacían sus ofrendas al Roque Idafe, dejando las vísceras y carnes de su ganado a la suerte de las aves carroñeras. Sus ofrendas mantendrían por siempre al roque erguido y apuntando hacia el cielo.

Actualmente no sabemos si será por aquellas ofrendas y cultos awaras pero lo cierto es que podemos pasar junto a Idafe y siempre luce erguido y apuntado hacia el cielo.

La Fiesta de la Morena en la Playa de Tazacorte, en la Palma

Como la mayoría de las fiestas en la isla de la Palma, podremos disfrutar desde el medio día hasta bien entrada la noche. La Fiesta de la Morena se celebra el día 15 de agosto, festivo nacional donde el municipio de Tazacorte se viste de gala playera, es decir ¡en cholas y bañador!

Fiesta de la Morena en Tazacorte

Ya por la mañana se comienza a ambientar el festejo en la playa del Puerto de Tazacorte, donde todo el mundo acude a este gran festejo que se celebra al más puro estilo veraniego. Se trata del baile de la Morena, en la arena de la playa, donde cientos de personas se agrupan en torno a dos figuras a modo de «gigantes».

Por un lado encontramos a la protagonista de la fiesta «la Morena» y por otro lado a una criatura marítima (también morena o murión) que rondan y bailan al son de la música entre todos los asistentes. Se trata de una «fiesta del agua» donde ambas figuras nos mojan sin cesar mediante chorros y mangueras. El mar está repleto de curiosas embarcaciones hinchables y podemos gozar al son de la música en la playa mientras nos mojan sin parar o incluso dentro del agua, donde la fiesta y el calor del verano de Tazacorte hacen muy apetecible este tremendo día de playa.

Estamos ante una festejo más moderno, que cada año gana más adeptos y que no tardará en popularizarse ya que en la actualidad están viniendo hasta gente de otras islas para la ocasión. Una fiesta veraniega donde jóvenes y mayores lo pasan en grande. Varias orquestas, música en vivo y dj animan la jornada sin parar ni un minuto desde las 12 del medio día hasta las 22 o 23 de la noche.

No dudes en formar parte de las fiestas de la Morena si estás en la isla a mediados de agosto. Nunca la playa de Tazacorte está tan llena y con semejante ambiente, sin salir de la arena. La mejor ocasión para disfrutar del ambiente palmero y de pasarlo en grande para combatir el calorcito del mes de agosto en la isla.

Y tú… ¿no quieres mojarte?

El origen de la fiesta de la Morena en Tazacorte

Nos remontamos al pasado más reciente en la isla de la Palma, cuando las poblaciones costeras vivían del mar, mucho más que en la actualidad. Y es que numerosas familias salían adelante gracias a las actividades pesqueras en la isla. Tazacorte sigue siendo un puerto pesquero y se mantiene una actividad relativamente potente, a nivel local.

Pero en el pasado no eran pocas las familias que dependían de la venta de pescado que hacían las mujeres por las calles. Tazacorte era uno de esos lugares donde las mujeres iban calle a calle vendiendo el pescado fresco que sus maridos traían al puerto y en honor a estas vecinas se celebra esta fiesta tan bailada en la costa más accesible del municipio.

Este es el motivo por el cual la fiesta comienza con el pasacalles, donde las barqueras bailan al son de la música recordando la labor de la mujeres que vendían o hacían trueque de sus pescados por otros víveres de la isla.

Las Fiestas de las Manchas en la Palma

Durante la primera mitad del mes de septiembre se celebran las fiestas del popular barrio de las Manchas, en la isla de la Palma. Unas fiestas grandes a las que acuden personas de todos los municipios del Valle de Aridane y que dan continuidad a las fiestas grandes del Paso.

En estas fiestas se aúnan lo religioso, lo tradicional y una gran verbena para pasarlo en grande entre la población palmera. En estas fiestas cobran importancia el honor a su patrón San Nicolás de Bari y también la Virgen de Fátima y su conocida figura, establecida en la parte alta de este popular barrio de la Palma.

El día grande de estas fiestas suele coincidir con el segundo o tercer sábado del mes de septiembre y comienza con una ofrenda, sigue con una romería y termina con comida, bebida y parranda hasta bien entrada la noche.

La iglesia de San Nicolás

La devoción a este santo en la isla proviene de la primera mitad del siglo XVIII. Pero… ¿Por qué la construcción de esta parroquia?

Hemos de remontarnos a 1696, nada más y nada menos. Año en el que se produjo la muerte de Don Nicolás Massieu Van Dalle, que fue Regidor perpetuo de la isla de la Palma, Señor, Aguacil del Santo Oficio de la Inquisición y habitante de Argual, donde poseía un Cristo y algunas figuras eclesiásticas. Nicolás también contaba con una gran hacienda en las Manchas y uno de sus deseos en testamento fue la construcción de una ermita en honor al Santo de su nombre, en su hacienda de las Manchas.

De ermita, posteriormente pasó a parroquia. Su estética arquitectónica responde a la extendida durante las primeras décadas del siglo XIX. Hoy en día podemos visitarla y aunque bastante remodelada, la sacristía conserva sus muros principales originales.

La fama de esta iglesia en las Manchas… también tiene que ver con los volcanes.

El 24 de junio del año 1949 tuvo lugar la erupción de un nuevo volcán en Cumbre Vieja. El volcán conocido como San Juan (debido a la fecha del 24 de junio). Las lavas de este conocido volcán discurrieron cumbre abajo, hacia el popular barrio de las Manchas y poco antes de llegar a cubrir esta ermita la enorme colada de lava se abrió, copiando el terreno escarpado y bifurcando sus brazos de lava. El brazo lávico que se dirigía directo a esta iglesia se detuvo poco antes de llegar, dejando fuera de peligro esta iglesia hasta el final de la erupción.

El Monumento a la Virgen de Fátima

Un acontecimiento que se recuerda y celebra como un milagro. Motivo por el cual el párroco ordenó colocar una imagen de la Virgen de Fátima justo en el lugar donde se detuvo ese brazo de lava que iba directo hacia las Manchas y se hubiera llevado la parroquia de San Nicolás. Desde entonces, en 1950, la figura de la Virgen de Fátima y su monumento, que podemos actualmente visitar en lo alto de las Manchas, presiden, custodian y aguardan esta zona de la isla.

Cabe destacar que la erupción de 2021, del volcán Tajogaite también amenazó de nuevo al barrio de las Manchas y que la lava pudo con buena parte de su cementerio (situado muy cerca del citado monumento a la Virgen de Fátima). Parroquia y monumento fueron amenazados una vez más por esta reciente erupción en la Palma pero esta vez, tampoco la naturaleza pudo con ellos, quedando únicamente marcados por la extensa lluvia de cenizas que lanzó el Tajogaite durante tres meses.

La Romería en las fiestas de las Manchas

El día grande de las fiestas en las Manchas parte en el conocido Bodegón Tamanca, punto desde el que iremos caminando con los trajes típicos de magos y magas hasta el monumento a la Virgen de Fátima. Una caminata en la que no faltarán la comida típica, que se reparte en varios puntos de venta en los carros y carretas que nos acompañarán durante la romería.

A la llegada al monumento de Fátima nos espera un escenario donde la fiesta continúa hasta la noche, acompañados de música y orquesta donde bailaremos al son de los ritmos canarios, la salsa y la bachata. No falta la comida típica canaria y el buen vino cosechero de las Manchas para coger fuerzas y seguir la parranda. Durante la noche la fiesta continúa al ritmo de la música y podremos seguir disfrutando en la calle, junto a la iglesia de San Nicolás, la plaza y el conocido Bar «El Americano» donde no faltarán los churros y los bocadillos de chorizo perro.

Buena música, puestos de comida y bebida y lo mejor de todo: un gran ambiente familiar, vecinal y festivo que se caracteriza por el mejor carácter palmero, donde seguro que disfrutamos en familia sin parar de bailar y cantar.

Las fiestas de la Virgen del Pino en la Palma

Una de las fiestas más famosas y con más arraigo en la isla de la Palma, concretamente en el municipio del Paso, son las fiestas de la Virgen del Pino. Gran ambiente en el que conjugan a la perfección lo festivo, lo religioso, lo cultural y lo gastronómico en la archiconocida romería pasense. Estamos ante una de las festividades más esperadas en la isla de la Palma, que se celebra cada tres años y a la que suelen asistir unos cuantos miles de personas de toda la isla, de todo el archipiélago canario, de la península e incluso de algunas partes del continente Americano.

Muestra la ermita de la Virgen del Pino. Clave en las fiestas del Paso e inicio de la romería.
Ermita de la Virgen del Pino

A finales del mes de agosto y de forma trianual se celebran estas fiestas que a nadie dejan indiferente. El Paso se viste de fiesta durante todo un mes y durante unas semanas podremos visitar ferias artesanales, gastronomía, música, conciertos y numerosas actividades para grandes y pequeños; pero dos momentos ponen el sello a esta gran fiesta en la Palma: la bajada de la Virgen del Pino y su vuelta a la ermita.

La Virgen del Pino

Patrona de estas fiestas del Paso en la Palma y gran patrona de la isla de Gran Canaria, tiene su fiesta el primer domingo de septiembre. Pero… veamos qué conmemora en nuestro querido municipio del Paso. Es una Virgen con historia, sin lugar a dudas.

Remontamos al año 1492 y con ello a la época de conquista de la isla. Alonso Fernández de Lugo y sus ejércitos se encontraban a la captura del mencey de Aceró, la última resistencia a las tropas castellanas en la isla de la Palma, el conocido awara llamado Tanausú. Cuenta la historia que las tropas de Fernández de Lugo estaban descansando en el lugar donde actualmente encontramos la ermita de la Virgen del Pino. Uno de los soldados se subió a un gran árbol donde se le apareció, entre la multitud de sus ramas, la imagen de la Virgen. La Virgen del Pino. Atónitos por lo ocurrido se elaboró una figura a la que se le construyó una pequeña capilla donde venerarla y para protegerla de las condiciones climáticas.

Narra la historia que tras una misa, la figura de esta Virgen llegó a caerse hasta cuatro veces; el motivo para devolverla a su lugar original (el famoso pino pasense). Allí se mantuvo a la Virgen durante más de 400 años, hasta que en 1876 se construyó una ermita, que no es la que podemos visitar en la actualidad, ya que ésta quedó muy deteriorada con el paso de los años. Pero dicha ermita fue un lugar muy conocido, usado y transitado por los lugareños, agricultores, caminantes y pastores trashumantes. Parada obligatoria en el tránsito del Camino Real de la Cumbre.

La iglesia actual data del año 1927, donde podremos ver a la Virgen del Pino y visitar su ermita en medio de un paraje espectacular, rodeado de vegetación y donde podremos iniciar un trepidante sendero, de importante desnivel, para ascender a las cumbres de la Caldera de Taburiente rodeados de un extenso e intenso pinar.

Si la pequeña capilla pasó a ermita y está fue reformada por la extrema necesidad, dado su deterioro, no ocurre lo mismo con el famoso pino. Podemos verlo y admirarlo en los tiempos actuales: estamos ante el ejemplar de pinus canariensis más longevo de todo el mundo. Ahí se erige todavía, con sus 800 años de edad, sus casi 33 metros de altitud y su casi metro y medio de grosor.

La Romería de la Virgen del Pino

Es el gran día de estas fiestas en el Paso, multitud de personas se visten con los trajes típicos de campesinos y todo el mundo lleva consigo bolsas, carros y mochilas cargadas de comida típica, donde no falta el vino de la isla. Misa en la ermita y una gran congregación de palmeros y palmeras esperan la salida de la figura de la Virgen del Pino. La romería consiste en acompañar la bajada de la Virgen hasta la iglesia de Nuestra Señora de Bonanza, situada en el casco urbano de la población del Paso. Una caminata de cinco o seis kilómetros nos espera, a ritmo lento y acompañados de las carrozas que ofrecen comida, bebida, música y orquesta.

Durante la romería vamos haciendo pequeñas paradas, bailando, conversando y disfrutando el acompañamiento a la Virgen del Pino. Desde las 12 de la mañana ya se palpa un gran ambiente de festejos en los alrededores de la ermita, en medio del monte. La gente comienza a organizar sus grupos y corrillos para compartir conversación, vino y comida típica. Cuando sale la Virgen es momento para iniciar la caminata, tranquilos, a ritmo lento, cantando, bailando y gozando de este espectacular ambiente donde niños y mayores se lo pasan en grande.

Muestra la salida de la Virgen del Pino y a toda la gente, con sus trajes típicos, iniciando la romería de la Virgen del Pino en el Paso.
Romería Virgen del Pino 2022

Al final de la tarde se llega al casco urbano del Paso, donde nos esperan orquestas en cada plaza, puestos para comer y beber esperando la verbena de la noche que dura hasta altas horas de la madrugada. Música en directo, orquestas y discomóvil amenizan el ambiente en cada plaza. Hasta que el cuerpo aguante. Una auténtica maratón de festejo difícil de olvidar para la que tendremos que esperar otros tres años.

Sabías que…

Los trajes típicos de las islas Canarias son diferentes entre islas, se asemejan mucho más entre las islas occidentales y las orientales y por ejemplo, en la isla de la Palma varían incluso en cada uno de sus municipios. Los conocemos como trajes de magos y magas y replican exactamente las vestimentas que llevaban antiguamente los campesinos y campesinas de la isla.

Esta indumentaria canaria está claramente introducida por la colonización castellana de las islas, totalmente introducida por el Renacimiento y con elementos al más puro estilo medieval (como lo es la toca que cubre la cabeza del traje de maga palmera). En algunos casos se unen elementos que corresponden a otros momentos históricos y por ello llaman mucho la atención algunos de los trajes que contienen elaborados y coloridos bordados, generalmente con motivos florales.

Además de los trajes típicos no puede faltar en tu corro algo de vino y algo de gastronomía típica de la isla: chicharrones, escacho, gofio amasado, papas arrugadas con mojo, bocadillo de chorizo perro, carne a la brasa o tapa de queso palmero.

Estas fiestas duran un mes entero y a pesar de ser esta romería el día más grande, no puedes perderte el resto de actividades que se organizan casi a diario en el Paso y sobre todo, durante los fines de semana. Para estar al tanto de todo ello visita aquí la propia web del Ayuntamiento del Paso.

La Fiesta del diablo en Tijarafe

Bienvenidos a la gran fiesta del diablo en la isla de la Palma. Una noche muy auténtica, afamada y apreciada en toda la isla, que tiene lugar todos los años en el municipio de Tijarafe durante la madrugada correspondiente al día 8 de septiembre. La noche, el fuego, la música y el diablo juegan un papel fundamental en una noche que difícilmente podremos olvidar.

Festejo perfectamente organizado en el pueblo de Tijarafe donde podremos pasarlo en grande desde la tarde hasta bien entrada la madrugada. ¡Mucho ojo! No debemos terminar en el infierno… 🔥

¿En qué consiste la fiesta del diablo? 👹

Muestra el fuego y la figura del diablo en la danza del diablo de las fiestas de Tijarafe, en la isla de la Palma.

Durante la tarde del día siete de septiembre ya podemos disfrutar del ambiente de festejo en Tijarafe. Todo el mundo acude a este increíble lugar repleto de bares, kioscos y pequeños puestos de comida y bebida. Con altavoces y buena música en la calle nos mantendremos inmersos en el ambiente festivo de los tijaraferos.

Se suele comenzar tranquilos, tomando algo sentados en algún bar o degustando la gastronomía típica del lugar. También podremos cenar un bocadillo de carne con mojo en la plaza mientras degustamos el vino o la cerveza de la zona.

Con el paso del tiempo Tijarafe se comienza a llenar, y es que viene gente de todos los lugares de la isla. El ambiente va calentando motores al ritmo de la música en directo. Varias orquestas animan la noche en el centro de la plaza que suele terminar a tope de gente bailando y gozando la noche tijarafera.

Puestos de ropa, chucherías, perritos calientes y barras con bocadillos de carne recién hechos, así como bebidas (con y sin alcohol) estarán disponibles durante toda la noche y hasta bien entrada la madrugada.

Todo el mundo en plaza canta, baila, salta y lo pasa en grande. Una fiesta enorme para conocer gente y pasar una noche perfecta bajo el cielo estrellado de Tijarafe frente al Atlántico. Pero… todos estamos pendientes del gran hito de la noche ¿Cuándo saldrá el diablo?

Y es que la gran fiesta en la plaza tiene un momento especial. En algún momento entre las 2 y las 5 de la mañana tiene que aparecer el diablo, con su malicia y su fuego querrá destruir todo a su paso pero nadie sabe la hora exacta ni el lugar por donde vendrá. De modo que la orquesta nos irá avisando con un particular cambio en la música. En numerosas ocasiones serán falsos avisos pero todo el mundo entiende que el momento esperado está, cada vez, más cercano.

Tras su llegada a la plaza, el diablo bailará de un lado a otro entre la gente y sumándose a la fiesta escupirá su fuego a todo el que se le acerque. Una explosión de voladores, guirnaldas explosivas, fuegos artificiales, bengalas y petardos cubrirá la plaza y el cielo de Tijarafe. El espectáculo es digno de película y el ambiente que se genera en la plaza es realmente mágico. Todo el mundo lo da todo a la llegada del diablo.

Durante quince o veinte minutos el diablo estará con todos nosotros en la plaza al ritmo de la música hasta el momento en el que literalmente, le explota la cabeza bajo una traca final de fuegos artificiales y todo el mundo lo celebra. El diablo se marcha a sus infiernos dejándonos el bien en la plaza para que la fiesta continúe sin demonios ni malos royos.

El significado de la danza del diablo

Cuenta la historia de Tijarafe que allá por el año 1909 llegó a la isla un madrileño que se instaló en Aguatavar. El tipo tenía pinta de marinero bohemio y cuentan que mezclaba sus tiempos de soledad con la participación social en festejos y actividades lúdicas y festivas. Participaba entreteniendo a los jóvenes con sus actividades divertidas, creando títeres y machangos.

Uno de esos machangos, al que llamaban Cataclismo, tenía más de tres metros de altura y se dedicaba a entretener y al mismo tiempo asustar y meter miedo a los jóvenes del pueblo. Precisamente en recuerdo a este enorme machango, tres palmeros se pusieron de acuerdo para crear al primer «Diablo» de la historia de Tijarafe. Un demonio que asustaría y divertiría a la gente, en la víspera de la mayor fiesta de Tijarafe en honor a la Virgen de la Candelaria. De esta manera, el «Diablo» salió por vez primera en la noche anterior al festejo de la Candelaria en el año 1923.

Estamos ante una noche pagana en la que se representa la presencia del mal entre los vivos, justo en la víspera de la Virgen. El diablo muestra el mal, mezclándose en este baile hasta que le estalla la cabeza y «muere». Este hecho tan esperado durante la noche representa la victoria del bien sobre el mal. La fiesta continúa en la plaza del pueblo, sin diablo y libre de todo mal para recibir al día siguiente la festividad de la Virgen de la Candelaria.

La fiesta del diablo en Tijarafe

Tenemos que saber que la auténtica fiesta que se celebra es totalmente en honor a la Virgen de la Candelaria y de hecho, a una parte de la población mayor del municipio tijarafero no les agrada demasiado que la fiesta, hoy en día, sea más conocida por el nombre de «El diablo» que por la tradicional víspera de la Candelaria.

No obstante, el festejo nocturno de la juventud, la calidad del ambiente y la gran fiesta que se arma han hecho que año tras año cada vez se sume más gente hasta el día de hoy, donde no será raro encontrarnos entre ocho y diez mil personas. Tanto ha sido así, que este festejo es conocido en todas las islas Canarias y de hecho es considerado fiesta de interés cultural.

La fiesta de la danza del diablo en la Palma en la víspera de la Candelaria

Como hemos explicado anteriormente, la fiesta en Tijarafe es en recordatorio a la Virgen de la Candelaria, aclamada, recordada y festejada en multitud de lugares en todas las islas Canarias, así como en numerosos lugares de la península y América Latina. Es de hecho la patrona de las islas Canarias.

Una curiosidad

La figura de la Virgen de la Candelaria en Tijarafe realmente debía ubicarse en el vecino municipio de Puntagorda, también en la isla de la Palma. Pero allá por el siglo XVI, época en la que la isla era objetivo continuo de múltiples embarcaciones piratas, éstos intentaron abordar dicha figura de la Virgen, que se dirigía a su destino en Puntagorda.

La figura de la Virgen fue aguardada, protegida y custodiada a mitad de camino, precisamente en Tijarafe, evitando así el ataque de los piratas. Por este motivo se creyó que el lugar de esta virgen debía ser Tijarafe, donde finalmente se quedó y donde celebramos desde entonces esta festividad en honor a la patrona de las fiestas tijaraferas.

No temas demasiado al diablo 👹

Hay personas a las que realmente les da algo de miedo el fuego que escupe el diablo durante la fiesta pero debemos conocer que todo el fuego emitido por los diversos artefactos de esta figura es un fuego de bengala. Desde la lejanía parece mucha la cantidad de fuego emitido por el diablo, pero realmente se trata de numerosas «chispas» inofensivas. Fuego frío, controlado y que no supone peligro alguno. El diablo siempre va protegido unos cuantos metros a la redonda por una cadena humana que evitará que nos acerquemos más de la cuenta. La fiesta está totalmente estudiada, diseñada y controlada para evitar cualquier percance.

Además de las bengalas que escupe la figura mientras camina y danza al son de la música, de sus hombros salen disparados diferentes tipos de fuegos artificiales. Una obra de pirotecnia controlada que pone el sello a este gran festejo en la isla de la Palma. Los más miedosos y miedosas pueden disfrutar del espectáculo desde los bordes perimetrales de la plaza, a donde el diablo jamás se acerca demasiado. Sí es aconsejable que los más mayores y los niños pequeños se mantengan algo al margen, no por el fuego pero si para evitar caídas o percances entre la multitud.

Sin más que contar… tan solo queda disfrutar de la Danza del Diablo y la noche estrellada en Tijarafe, con un gran ambiente y al ritmo de la música más de moda.

RECUERDA…

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La importante historia de Francisca de Gazmira

Si nos trasladamos a la historia de la conquista del archipiélago son varias las mujeres que cobran importancia pero existe una persona que deseo resaltar en este sitio web, ya que se trata de una mujer palmera. Hablamos de Francisca de Gazmira, una mujer que trabajaba como sirvienta para un señor en la isla de Gran Canaria, era traductora y pasó a la historia del archipiélago por su importante labor mediadora entre los aborígenes de las islas y los conquistadores. Haciéndolo además en conexión directa con los reyes católicos.

Tuvo sin duda una labor social muy importante tras la conquista de las islas. Su carácter diplomático, el conocer ambos lenguajes y su afinado sentido de justicia la convirtieron en una persona muy destacable. Gracias a sus menesteres la post-conquista pudo ser mucho más integradora, pacífica y sin duda alguna, facilitó la integración del archipiélago con la Corona de Castilla. Algunos autores la reconocen como la primera voz canaria en la península.

Su carácter diplomático al a par que luchador logró una conexión casi directa con los reyes católicos. Mediante cartas y dirigiéndose directamente a la corte logró comunicar lo que realmente estaba ocurriendo en su isla a las manos de Alonso Fernández de Lugo. Logró que la creyeran y es que los reyes no deseaban que ocurriese lo que realmente estaba ocurriendo: miles de esclavos palmeros y también del resto de islas estaban marchando en barcos hacia la península.

Las cúpulas castellanas creyeron sin poner en duda a Francisca y sus labores tuvieron resultado: Miles de esclavos volvieron a las islas en calidad de libres.

Por las artes de integración, de conversación, de apoyo de su pueblo y buenas miras ante los reyes católicos, la labor de Francisca de Gazmira pasó a la historia de la conquista del archipiélago como una mujer palmera que sin lugar a dudas trabajó y solucionó muchas adversidades en la post-conquista de las islas. Una vez más, otra mujer benahoarita sella su protagonismo en la historia.

Existe una calle, en los Llanos de Aridane, dedicada a este gran personaje de la historia. La calle Francisca de Gazmira.

La increíble batalla de Tahuya

Pongámonos primero en contexto. Los aborígenes de la isla de la Palma eran los benahoaritas (también llamados awaras o awaritas) y se cree que eran entre 4000 y 5000 personas las que habitaban la isla de la Palma, (Benahoare) por aquel entonces. Nos situamos a mediados del siglo XV, ya que es de cuando datan los primeros escritos tras la cristianización de las islas del archipiélago canario.

Además de las dos islas mayores de Tenerife y Gran Canaria, hoy capitalinas, fue la pequeña isla de la Palma de las últimas en caer en manos de las tropas castellanas. Si recordamos el año de la conquista de las Américas, recordaremos también el año en que los castellanos se hicieron con la Palma. Hablamos del año 1492.

Fué Alonso Fernández de Lugo, «el Adelantado», protagonista primero en la conquista de la isla de la Palma, al mando de las tropas castellanas que poco a poco se fueron haciendo con los 12 cantones o reinos aborígenes en los que Benahoare se dividía. La gran mayoría de estos pequeños reinados eran como grandes familias asentadas en estos territorios de la isla y no se opusieron a las tropas castellanas. Mediante «tratados de paz», se fueron convirtiendo al cristianismo y sometiendo a los reyes de Castilla.

Si Fernández de Lugo fue primer nombre en un bando, sin duda alguna, Tanausú fue el protagonista en esta historia de la Palma.

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El benahoarita capturado a traición que prefirió morir de inanición antes que llegar a Castilla como esclavo.

Pirámide awarita. Tanausú al fondo, vigilando la Caldera de Taburiente.

Como podrás imaginar… detrás de todo ello existen esclavos, opresión, señores, reparto de tierras y una clara relación de vasallaje (estamos a mediados del siglo XV, ¿recuerdas?)

Pero como hemos comentado antes, la isla de la Palma fue de las últimas en pasar a manos de la Corona de Castilla. ¿Qué significa esto?

Significa que no fueron pocos los previos acercamientos desde la isla del Hierro y la Gomera a los puertos de la Palma. Se libraron batallas y hubo intentonas fallidas para digamos… «tantear el terreno». Castellanos y aborígenes convertidos de otras islas (en relación de vasallaje), cometían robos de ganado y capturas de benahoaritas a modo de esclavos.

La histórica Batalla de Tahuya

Fernández de Lugo desembarcó en la isla de la Palma a finales del 1492, pero fue en 1448 cuando las tropas castellanas desembarcaron por vez primera en la isla a manos de Fernán Peraza (al que llamaban «el Viejo»). Partió de la vecina isla de la Gomera con tropas formadas por más de 500 hombres, desembarcando en el oeste de la Palma para dirigirse al cantón de Tahuya (de donde le viene el nombre a la actual población de Tajuya y que se correspondía con parte del actual municipio del Paso, parte de los Llanos de Aridane y de Tazacorte).

El cantón de Tahuya estaba en manos de Echedey (que podrás ver nombrado en alguna calle de la Palma) y lleno de vaguadas, barrancos y escarpadas pendientes; sobre todo en las zonas de mayor altura, como podemos comprobar a día de hoy.

Las dificultades del terreno y la falta de conocimiento de las primeras tropas que llegaron a la isla, unidas al tesón y al valor por defenderse de los benahoaritas, terminaron con una increíble derrota de las tropas castellanas. Se narra que pudieron perder hasta 200 hombres en esta cruenta batalla, donde los awaritas luchaban con piedras, palos cortos afilados y lanzas rudimentarias. Debió ser una batalla muy dura, que sin duda, no esperaban perder.

El propio Peraza perdió la vida en esta batalla que sin lugar a dudas dominaron los benahoaritas, liderados por su mencey (el rey del cantón) Echedey. Y la conquista se pospuso más de 40 años. Dos hechos muy importantes que harán trascender al futuro la increíble batalla de Tahuya.

¿Sabías que en Benahoare las mujeres iban a las batallas sin distinción alguna con los hombres?

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La leyenda de Guayafanta

Pongámonos en el contexto histórico del momento. Estamos ante la segunda mitad del siglo XV, época de conquista o cristianización del archipiélago canario por parte de las tropas castellanas. Desde la primera incursión en la isla (que los aborígenes llamaban «Benahoare») en 1448 hasta el último desembarco de tropas, que puso fin a la conquista en 1492, las tropas castellanas mezcladas con los aborígenes convertidos realizaban desde otras islas vecinas diversos acercamientos violentos a la isla con pretensiones de conseguir esclavos, robar ganado y «tantear» la definitiva conquista de la isla.

Por otro lado, todos los escritos que documentan estos tiempos pasados hablan de la fortaleza, el tesón y la inteligencia de las mujeres naturales de Benahoare. En la isla de la Palma no se hacía distinción entre hombres y mujeres en cuanto al trabajo y la defensa se refiere. Las mujeres awaras (o benahoaritas) tenían un marcado carácter luchador y un físico fuerte y curtido, causa directa de la dureza del terreno y los escarpados territorios de la isla. El buen tamaño y la potencia física hacían que la mujer palmera estuviera presente en todas las batallas que se libraban en las tierras de Benahoare.

El valor y la tenacidad de Guayafanta

Esta historia narra que una bella mujer de blanca piel, gran tamaño y apreciable valor, destacó en una de las batallas libradas en estos tiempos de cristianización de la isla de Benahoare.

Guayafanta (que significa, de hecho, mujer grande) pertenecía al cantón de Aridane, gobernado por Mayantigo (que en guanche significaba «pedazo de cielo») y que en plena batalla se lanzó a pelear con varios cristianos castellanos a base de pedradas y palos afilados a modo de lanza. Tuvieron que ser varios hombres los que fueron a por ella y al final, al verse ya en serio peligro, optó por abrazarse a uno de los hombres para tirarse junto a él desde lo alto de un risco. Ella moriría pero se llevaría por delante a un invasor.

Ante esta acción, llena de valor y coraje, y al ver el resto de hombres que la amenazaban sus claras intenciones, cortaron a Guayafanta ambas piernas para detenerla, salvando a su compañero de batalla.

La batalla en la que tuvo lugar esta impresionante gesta retrasó la conquista de Benahoare y pasó a la historia dando muestra, una vez más, de la fortaleza y el coraje que se sumaron a la oposición de la conquista en algunos cantones de la Palma.

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El más tenaz y recordado en la historia aborigen de la isla de la Palma

No son pocas las mujeres que tienen un protagonismo activo y muy importante en la historia de las islas Canarias. ¿Quieres conocerlas?

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La leyenda de Jacomar en la Palma

Para ponernos en contexto de esta leyenda debemos conocer que la isla del Hierro fue cristianizada en 1405 y la isla de la Palma lo fue a finales de 1492. Entre estos años no fueron pocas las batallas entre las gentes del Hierro y la Palma. Los bimbaches (aborígenes de la isla del Hierro) ya asociados en vasallaje con los castellanos que ocupaban la isla, hacían varias visitas pretenciosas a Benahoare (la Palma) con el fin de tomar presos esclavos y robar ganado a los benahoaritas de la Palma.

Destacan en esta historia dos personajes: el sevillano Guillén de Peraza y el referenciado Jacomar que, según cuentan, fue uno de los aborígenes más reseñados en todo el archipiélago canario por su crueldad y sus pretensiones invasoras.

También debemos conocer, que en este contexto histórico, la mujer awarita o benahoarita colaboraba siempre y sin dudarlo en todas la batallas y en la defensa de sus territorios al igual que los hombres. Lo escarpado del territorio palmero, las continuas pendientes, los barrancos y la dureza del bosque y los montes palmeros, hacían igual de fuertes a los hombres que a las mujeres. No había en Benahoare distinción alguna entre hombres y mujeres en cuanto a lo que se refería a los trabajos ni a la defensa. Y en este contexto histórico podremos entender mejor la leyenda del temido Jacomar en la Palma.

La codicia de Jacomar y la valentía de Arecida

En una de las muchas veces que las tropas del Hierro pasaban a la Palma en busca de esclavos y ganado, embarca el temido Jacomar con varias tropas hacia la isla de Benahoare, desembarcando en Tenagua (actual municipio de Puntallana) y bajó hacia el sur hasta el reino o cantón de Tigalate (que se corresponde, más o menos, con Mazo y parte de Fuencaliente).

Tigalate por aquel entonces, estaba gobernado por dos hermanos benahoaritas: Jariguo y Garehagua. Conocidos en la historia benahoarita por plantar cara a la conquista y no ponérselo fácil a las tropas castellanas, a pesar de que se sometieron antes que el indomable Tanausú, mencey del cantón de Aceró (territorio que coincidía con el interior de la Caldera de Taburiente).

Por otro lado tenemos a Arecida, hermosa y valiente mujer awarita del cantón de Tigalate y enamorada de Tinamarcin (benahoarita del cantón de Tihuya, de donde toma nombre la actual población de Tajuya).

Entrando el temido Jacomar en Tigalate con sus pretensiones de apoderarse del ganado y llevarse hombres de la Palma como esclavos, vio reunidos a Tinamarcin y Arecida hablando tranquilamente junto a una cueva. Jacomar se enamoró a primera vista de tan preciosa mujer y la añadió a sus deseos de arrebato a los benahoaritas. Se abalanzó sobre Tinarmacin, sin que éste pudiera hacer nada y con una piedra le dejó totalmente sin conocimiento. Arecida, que además de hermosa, era fuerte y valiente, se contrapuso a Jacomar con la lanza que tenía su amado en el suelo con tal rabia y fortaleza que Jacomar tuvo que sacar su puñal y acuchillar a la enrabiada Arecida, dejándola desangrada en el suelo. Se comenta que estos hechos tuvieron lugar en las cercanías de las Cuevas de Belmaco.

El regreso de Jacomar

Algún tiempo después volvió Jacomar a la isla de la Palma con otras pretensiones. Tras tantas desventuras con los Benahoaritas, cada vez que éste iba la Palma y al ver amenazada su vida en más de una ocasión, quiso volver al cantón de Tigalate para negociar y firmar paces con los hermanos Jariguo y Garehagua.

Se dice que en este proceso de acercamiento con los máximos representantes del cantón se le ocurrió dar muestra de su crueldad, comentando el trágico suceso ocurrido con Tinamarcin y Arecida. Jariguo y Garehagua pidieron detalles de dicho suceso al temido Jacomar para confirmar que éste fue el asesino de su hermana. Si… Arecida era la hermana de Jariguo y Garehagua.

El fin del cruel Jacomar

Ante semejante descubrimiento y lleno de ira, Garehagua atravesó el corazón de Jacomar con su lanza. Los señores de Tigalate abandonaron el cuerpo de Jacomar junto a las Cuevas de Belmaco sin darle sepultura alguna. Quisieron que los animales se saciaran con su carne.

Así es como Garehagua, señor del cantón de Tigalate, puso fin a la vida de Jacomar. En el territorio del municipio de Mazo se terminó con la vida del más cruel y sanguinario vasallo, temido en todo el archipiélago.

Si te ha gustado esta historia seguro que te interesa saber un poco más. Otra muestra de la tenacidad y el valor de la mujer benahoarita y sus increíbles hazañas ante la conquista por las tropas castellanas:

👉 La impresionante leyenda de Guayafanta 👈

Mujer a la que tuvieron que cortar ambas piernas. Capaz de enfrentarse a varios hombres en la batalla.

La leyenda de Tanausú

En numerosas ocasiones se escucha hablar de «la leyenda de Tanausú», pero lo primero que debemos saber es que no se trata de una simple leyenda. Realmente se trata de hechos que ocurrieron y que así quedaron registrados en los libros de los conquistadores de las islas. Por lo tanto, no deberíamos hablar de «leyenda» sino de historia de la isla de la Palma.

La conquista por las tropas de Castilla

Año 1492, coincidiendo con el descubrimiento de las Américas, a finales de septiembre desembarcan en la Palma las tropas castellanas con Alonso Fernández de Lugo al frente. En aquel entonces, la isla de la Palma estaba poblada por los aborígenes de la isla, que la llamaban Benahoare (significa «mi tierra» o «tierra mía») y que era habitada por unas 4000 personas, organizadas en 12 cantones que, en buena parte, se asemejan a los 14 actuales municipios de la isla.

Aunque debemos saber que el primer intento fallido de conquista de la isla data del año 1447, a las manos del sevillano Fernán de Peraza. Donde destaca 👉 la increíble historia de la batalla de Tahuya 👈

Tras el desembarco en la isla, casi todos los reinos o cantones de Benahoare se rindieron, de forma pacífica, ante las tropas castellanas. De modo que Fernandez de Lugo fue anexionando hasta nueve territorios en la isla de forma rápida y sin demasiada oposición. Tres fueron los cantones o reinados awaritas (también llamados awaras o benahoaritas) que pusieron fuerza y oposición a la llegada de las tropas castellanas: Tedote, Tigalate y Aceró.

Es conocida en la isla la batalla de Timibúcar, donde los cantones de Tedote (que en la actualidad correspondería con las Breñas y la Villa de Mazo) y Tigalate (Parte de la actual Fuencaliente y parte del Paso) plantaron cara a las tropas de Alonso Fernández de Lugo. Los benahoaritas de estos cantones se opusieron a las tropas de Castilla a base de palos, lanzas y piedras, pero en poco tiempo fueron sometidos.

Fernández de Lugo, el Adelantado, se hizo rápidamente con 11 de los 12 cantones de la isla pero… quedaba uno: el más complejo, difícil por su geografía y también por el tesón y la dureza de su mencey (o rey benahoarita). Estamos hablando del cantón de Aceró, que se correspondía con todo el territorio interior de la caldera de Taburiente y de su conocido mencey: el indomable Tanausú.

Las tropas castellanas le decían a Alonso Fernández de Lugo que para vencer a Tanausú deberían atraparle por el paso (refiriéndose a la zona por donde actualmente vemos la entrada al Parque Nacional de la Caldera de Taburiente), entrando a la Caldera por sus paredes del sur (zona de la Cumbrecita) ya que les parecía imposible vencer entrando por las puertas de la Caldera (lo que actualmente conocemos como el Barranco de las Angustias).

Pero… tras varias batallas e intentos fallidos de vencer al reino de Aceró, finalmente cayó mediante el tratado y la traición. Vamos a verlo.

La captura de Tanausú

Alonso Fernández de Lugo aprovechó el parentesco de Juan de la Palma (aborigen ya convertido) con Tanausú para «firmar la paz». Tanausú, cansado de las anteriores batallas y ante la posibilidad de poner fin al sufrimiento vivido por la población de Aceró, accedió a firmar la paz y someterse ante las tropas castellanas.

Pero el resultado fue algo diferente a lo esperado. Las tropas castellanas capturaron a Tanausú en la zona que hoy conocemos como el Riachuelo, en las cercanías de la Cumbrecita. Esta última acción puso fin a la conquista de la isla de Benahoare y Tanausú fue llevado a la península ibérica junto a las tropas castellanas que iban de vuelta. Y este es el momento histórico por el que más se recuerda al mencey de Aceró que, traicionado y conmocionado por la situación, prefirió morir de hambre durante la travesía a vivir como esclavo de los conquistadores de su tierra.

Narran que durante la travesía desde las islas a la península, Tanausú dejó de comer y lo único que pronunciaba era «vacaguaré» (que significa «quiero morir»).

No obstante resulta curioso que todavía en la isla podemos apreciar el espíritu del mencey Tanausú. Comentan que se encuentra representado en las propias cumbres, al sur de la Caldera de Taburiente y la verdad es que así es.

El mencey de Aceró esta tumbado en el sur de su reino

Desde la Laguna, desde Tajuya, desde muchos puntos del Paso y sobre todo desde la carretera principal, que conecta el centro del Paso con los túneles que cruzan al este de la isla, puedes mirar hacia las cumbres de la Caldera de Taburiente. Seguramente apreciarás que el perfil de esta crestería dibuja la silueta de un benahoarita tumbado: las manos entrecruzadas, el pecho, el cuello, la barbilla, la boca, la nariz, la frente y un pelo largo hacia detrás. Se dice que es Tanausú en las mismas montañas que protegían su reino y probablemente así sea. El espíritu de Tanausú está descansando en su Isla Bonita…

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La aborigen palmera más recordada por su marcado valor y extrema fortaleza ante la conquista.