El Plátano de Canarias en la Palma

Muestra una gran piña de plátano de Canarias en la Palma.

Estar en la Palma, sin lugar a dudas, es estar en el auténtico paraíso del plátano de Canarias. Nos hayamos ante el principal motor de la isla desde mediados del siglo XIX, en una isla pequeña, de marcado carácter rural y principalmente agrícola. Además se mantienen las formas de los inicios, donde siguen rigiendo los minifundios.

Los productores (algunos más grandes y otros muchos, más pequeños) están agrupados en cooperativas y empresas de mayor tamaño que seleccionan, agrupan, procesan, almacenan y exportan. El Valle de Aridane aparece ya en escritos históricos como un gran productor de esta fruta del cielo. Hoy sigue siendo un auténtico placer estar tomando algo en Tazacorte mientras cae el sol sobre el Atlántico y tras el simétrico y uniforme verdor de sus plataneras.

La importancia del plátano de Canarias en la Palma

Tras la isla vecina de Tenerife es la Palma la principal productora de este maravilloso fruto que cautiva a todos los españoles y a gran parte de los europeos. Pero si tenemos en cuenta el tamaño de ambas islas es totalmente natural que podamos considerar a la Palma como la estrella en el ámbito platanero. De hecho es la primera en cuanto a importancia relativa se refiere.

El sector platanero es el principal pilar del producto interior de la isla, mueve más de 2000 empleos directos e indirectos y supera los 130 millones de kilos exportados anualmente. Además la orografía de la isla, el tipo de cultivo y sus formas tradicionales, poco mecanizadas, hacen que sea un sector muy intensivo en mano de obra. Con estos datos es lógico pensar que el plátano tiene un potente sello cultural en la isla de la Palma.

En la isla de la Palma existen 5.300 productores de los casi 8.000 que existen en toda Canarias.

El volcán sepultó cerca de 600 hectáreas de este cultivo.

Vayas a donde vayas pasarás por amplias zonas de cultivo platanero. Pasarás con el coche por multitud de fincas tapizadas del característico verdor de las plataneras y por invernaderos blancos en cuyo interior no hay sino grandes y preciosas plantas de este afamado cultivo.

Verás gente fuerte, caminando con esas enormes piñas a la espalda y trepando entre bancales y terrazas para transportar este dulzor internacional. También podrás ver pequeñas camionetas y grandes camiones transportando las piñas y seguro que pasas más de una vez por alguna cooperativa e incluso puedes ver cómo van colgadas las piñas, cómo empaquetan etc. También podrás visitar alguna de las fincas, conocer el cultivo ecológico y aprender los procesos que sigue esta fruta desde su plantación hasta sus sucesivas cosechas.

La cultura del plátano de canarias está impresa en el Valle de Aridane pero en el noreste de la isla también nos deleitamos con la gran cantidad de fincas, terrazas y pequeños bancales que también permanecen forrados de este precioso cultivo: en los Sauces, Puntallana e incluso en los alrededores de la capital, Santa Cruz de la Palma.

Es así. En la Palma… ¡se respira plátano de Canarias!

¿Por qué es tan bueno el plátano de la Palma?

El plátano de Canarias es una de las frutas más queridas por todos los españoles. En todas las encuestas realizadas, durante varios años consecutivos y en la actualidad, es el plátano junto a las naranjas y mandarinas las frutas que aparecen siempre en el podio para los españoles.

¿Qué tiene el Plátano de Canarias?

No existe fruto igual en todo el mundo. Por todos es sabido que nada tiene que ver el sabor, la textura, la suntuosidad y el dulzor de un plátano de Canarias con cualquier otro plátano que podamos llevarnos a la boca. Éstos aspectos ponen siempre en el podio a este tremendo fruto de la tierra y quien prueba un plátano canario ya no quiere saber de otros. Además es un acierto al 100% por la cantidad de vitaminas que contiene, sus ricos y cuantiosos minerales, la energía natural que aporta y la fuente de vitamina B6. Aspectos que lo hacen ideal para todo el mundo pero muy recomendado además en los jóvenes, las embarazadas y deportistas.

Las variedades

Proceden del sudeste asiático pero llevan asentadas en las Canarias desde principios del siglo XV. Como verás son muchísimos años en las islas y estas variedades se aclimataron a la perfección desde sus inicios. Ello hace que el Plátano de Canarias tenga una forma de denominación de origen propia, bajo el sello IGP (Indicación Geográfica Protegida) y que además, es el único plátano del mundo que lo tiene.

El clima subtropical

Las islas Canarias cuentan con un clima espectacular que al cultivo platanero le sienta como anillo al dedo. Adentradas en el Atlántico, un clima suave y prácticamente constante durante todo el año, el mayor número de horas de sol de toda Europa, las lluvias esporádicas que generan los alisios… Son los ingredientes perfectos para este tipo de cultivo, a excepción del viento; motivo por el cual, en muchas zonas verás las plataneras protegidas con altas paredes de piedra y/o plásticos blancos. Cuando azota fuerte el alisio es capaz de tumbar las plataneras al suelo, ya que son plantas de poco agarre, raíz débil y en poca cuantía.

La tierra volcánica

El sabor, la dulzura diferenciada y el característico aroma del plátano de Canarias no son una casualidad, ni forman parte de las primeras variedades traídas del sudeste asiático ni del particular clima de Canarias. La clave está en la tierra volcánica de estas islas. Nuestra tierra volcánica es especial, muy rica en los minerales que mejor le sientan al plátano. Ésta mineralización especial es la que aporta el sabor, la textura y los aromas que tiene un plátano canario.

Otras variedades de plátanos y bananas no gozan de tanta dulzura, apenas tienen aroma y apreciamos esa textura arenosa o pastosa. Carecen de la jugosidad, el dulzor y el aroma del plátano de Canarias y el ingrediente secreto está precisamente en la tierra que en su día emanó y emana de los volcanes.

Y el plátano de la Palma, en particular…

En la isla de la Palma y concretamente en todas las zonas plataneras del Valle de Aridane de Tazacorte, los Llanos, la Bombilla, Puerto Naos y el Remo las fincas están asentadas sobre antiguas coladas de lava volcánica, donde se trajo tierra de una excelente calidad.

Tierra volcánica de los terrenos más elevados de la isla. La calidad extrema de estas tierras junto al aporte mineral y filtrante de las nuevas lavas conforman un soporte idóneo para el cultivo de los plátanos en la Palma.

Además la isla de la Palma cuenta con las mejores aguas de toda Canarias. Su posición más adentrada en el Atlántico, su situación más occidental y su imponente orografía hacen que sea una de las islas con más agua de todo el archipiélago.

Agua dulce, que proviene de uno de los cielos más limpios del mundo, que recoge su frondosa vegetación, filtra su roca volcánica y que administra la impetuosa Caldera de Taburiente. Es otra cultura reseñable en la isla de la Palma, la cultura del agua 👈

La Palma es también la isla del agua. Toda el agua de lluvia y la humedad robada a los alisios por su intensa vegetación filtra a los subsuelos de la Palma. Encontramos auténticos manantiales naturales bajo el suelo de la isla y que los palmeros de antaño ya supieron aprovechar. La isla está llena de acuíferos y galerías subterráneas donde se recoge y reparte el agua.

Un agua muy bien filtrada de forma natural y que recoge también el aporte mineral de sus ricas tierras. Esto es perfecto para sus cultivos y sin duda el agua de la Palma pone su sello de calidad al plátano de Canarias que aquí se produce.

La Historia del Plátano de Canarias

Está bien saber algo acerca de la historia de este cultivo y

más si tenemos presente a la isla de la Palma. No son pocas las personas que creen que el plátano llega a España a través del descubrimiento de las américas y desde éstas zonas de Sudamérica y América Central. Debemos conocer que la historia es justamente al revés. ¡Mira, mira!
Introducción del Plátano en España

El cultivo de esta maravilla de fruta se inició en zonas del Sudeste Asiático, islas y países entre Malasia y la India. Países y zonas donde esta planta era originaria y donde ya cultivaban y consumían estos frutos. Se sabe que fue durante el siglo V cuando este cultivo comenzó a pasar al continente Africano, donde la costa este y zonas como Kenia, Mozambique, Guinea y Tanzania se iniciaron en los cultivos bananeros; algo lógico si pensamos que las primeras plataneras llegaron al continente africano vía Madagascar.

Fue ya durante el siglo XV cuando estas plataneras procedentes de África se comenzaron a extender por las costas del mar Mediterráneo siendo un cultivo que se adaptaba más o menos bien en las zonas de baja altitud, gracias a la suavidad del clima aportada por el mar. El plátano llegó concretamente al archipiélago canario directamente desde Guinea Ecuatorial y fue traído gracias a las expediciones portuguesas de la época.

Hemos de tener en cuenta que el clima ideal para el plátano requiere temperaturas en torno a los 20 – 25 grados y que además se trata de un cultivo muy intensivo en necesidad de agua, buen suelo filtrante y sustratos de limo, arenosos pero con buena presencia de arcillas. Motivo por el cual nuestras amadas islas Canarias eran perfectas para obtener calidad y cantidad de este jugoso fruto.

Fue durante la colonización de las américas y los tiempos posteriores cuando se llevó este tipo de cultivo al nuevo mundo conocido. Es decir… al igual que ocurrió con el trigo, fueron los españoles los que llevaron el cultivo del plátano para allá y no al revés. De América trajeron muchísimas otras cosas como el cacao, el tabaco, la patata, el tomate, la piña y otros tubérculos como la yuca, el boniato…

Muestra una goleta histórica de la época colonial, cuando se exportó el plátano de canarias al continente americano.

Expansión del cultivo del plátano en Canarias

Muchas personas creen que el cultivo del plátano en el archipiélago canario se comenzó a expandir desde sus inicios, durante los siglos XV y XVI. Existe la falsa creencia que el plátano de Canarias siempre ha sido la base de la economía agraria en las islas. Esto no ha sido así.

Debemos saber que en la Palma dominaba la agricultura de subsistencia. Tras la conquista de las islas había que asegurar el autoabastecimiento de los nuevos pobladores que vendrían a la isla, al igual que ocurrió en el resto de islas del archipiélago. Abundaron pues los cultivos de trigo y cebada, además de los pequeños cultivos de huerta como los frutales y las hortalizas.

Tras ello, durante los siglos XVIII y XIX las islas se incorporaron a las rutas comerciales atlánticas, donde la Palma jugó un papel bastante importante, siendo granero de otras islas como el Hierro, la Gomera e incluso Gran Canaria y jugando un papel especial en la economía agraria de exportación con los cultivos de la caña de azúcar y el vino. De modo que no siempre el plátano fue el protagonista.

El Plátano de Canarias en la Palma durante el siglo XX

No fue hasta finales del siglo XIX y durante todo el siglo XX cuando el plátano de Canarias prácticamente se convirtió en el rey de los cultivos en la Palma, al igual que ocurrió en las islas de Tenerife y Gran Canaria. La principal empresa comercializadora de plátanos se ubicaba en Tazacorte y fue la empresa de Pedro Suarez, quien también se dedicó a su exportación.

Pero no podemos terminar de hablar del plátano de Canarias sin mencionar la importancia que tuvo para su expansión el mercado y su comercialización en el Reino Unido. Es el momento de nombrar a Edward Wathen Fyffe, un conocido británico que enfermó de la enfermedad de moda por aquel entonces, la Tuberculosis.

No eran pocos los británicos más adinerados, que venían a tomar un respiro vacacional o buscando la sanación de su enfermedad a las islas Canarias. De hecho en la Palma, gran parte de los visitantes del Reino Unido venían a curarse y a mejorar su estado de salud a la Fuente Santa (en Fuencaliente). Edward jamás había visto un plátano en su vida pero el sabor, el aroma y la calidad de este fruto le cautivó y supo que también cautivaría al resto de británicos en su isla.

Edward y su empresa Fyffes se encargaron de exportar y comercializar el plátano de Canarias en el mercado inglés y finalmente, junto a otras empresas exportadoras, el plátano canario se fue extendiendo por todos los mercados europeos. Hasta el día de hoy, desde aquel entonces, el plátano de Canarias sigue siendo el producto agrícola por excelencia de casi todo el archipiélago pero, muy en especial, de la isla de la Palma.

En lo que llevamos de siglo XXI otros cultivos comienzan a practicarse en abundancia. Hablamos del aguacate, que sigue en auge entre los palmeros, pero también de otros frutos tropicales como la papaya y el mango. No obstante solo hemos de darnos un paseo por la isla de la Palma para darnos cuenta que el plátano de Canarias sigue siendo el rey.

Variedades de plátano cultivadas en la Palma

Las variedades de plátano cultivadas en las islas Canarias pertenecen a la familia del plátano Cavendish, que es como la mayoría de los consumidores conocemos a este tipo de fruta. No obstante Cavendish no es la variedad, ya que todas las variedades presentadas se agrupan en esta familia.

En la Palma y en todo el archipiélago todavía podremos encontrar las siguientes variedades de plataneras:

  • Pequeña enana
  • Gran enana
  • Gros Michel
  • Poyo
  • Lacatán

La realidad es que todas las variedades nos dan el plátano de Canarias que todos deseamos, con sus características motas negras en la piel, su extrema jugosidad y dulzura así como ese aroma tan característico. Distinguimos estas variedades no tanto por sus diferencias en el fruto (que son poco apreciables, aunque no despreciables) sino por las características de la propia planta platanera.

La pequeña enana y la gran enana son variedades más bajas en altura, rondan entre los 2 y los y los 3 metros. Son ideales para su cultivo en las islas, ya que al ser más bajitas los vientos no generan tanta problemática al cultivo. Las otras variedades son ejemplares de mayor altura; por ejemplo la Gros Michel suele llegar hasta los ocho metros por lo que deben ser protegidas del viento mediante altas paredes o invernaderos.

Algunas variedades se adaptan mejor al frío, por lo que pueden cultivarse en las zonas de mayor altitud. No obstante es un cultivo ideal para producir a altitudes tope de 300 metros. Alguna de las mencionadas variedades soporta mejor unas plagas que otras y viceversa. Por ello la elección de la variedad siempre va a depender de las preferencias de cada agricultor. Se busca el mejor equilibrio entre producción – altura de la planta según el viento – resistencia a plaga – coste.

La mayoría de agricultores prefiere sembrar la variedad gran enana y pequeña enana, centrándose básicamente en la buena producción (que llega a los 60.000 kilos por hectárea) y su escasa altitud (más manejable en las zonas donde azota con fuerza el alisio).

El Cultivo del Plátano de Canarias:

Si has llegado hasta aquí quizás te interesa conocer, aunque sea por encima, cómo funciona el cultivo de esta maravillosa fruta que podemos encontrar por casi todos los rincones de la Palma. Vamos a ver las principales fases de un cultivo platanero al uso:

Preparación de la finca

Se necesita generalmente una protección el altura. Actualmente suelen ser armaduras metálicas y plásticos de invernadero pero todavía quedan las super paredes de piedra que podemos ver en la Palma; como ya hemos mencionado lo que se busca es una protección ante los azotes del viento.

Además se necesita fácil acceso al agua de riego. Tradicionalmente se inundaba mediante el uso de canales pero en la actualidad se controla el riego con mecanismos de auto riego controlado. Se necesita también el uso de abonadoras, en los laterales de la finca o en pequeñas construcciones aledañas que suelen albergar también las bombas de riego y los sistemas de auto riego y luz.

Hay que preparar el terreno. Este debe tener buena base de drenaje y filtración, una buena capa de tierra arenosa con buen componente de arcillas y abono natural, como puede ser el estiércol. Además se prepara una capa de mantillo de compost. Actualmente se está extendiendo el autoabastecimiento de compostaje a base de los restos de poda, césped, estiércol y los restos de las propias plataneras del año o años anteriores.

Los agricultores además deben idear a la perfección el encuadre y la disposición de su finca, teniendo en cuenta la afección del viento pero primando la orientación respecto al sol.

Colocación y siembra de las plataneras

Un cultivo platanero necesita buenas horas de luz solar y es importante idear la posición de las líneas de la plantación, respecto al encuadre de la finca. Éstas deberán mantenerse además durante los sucesivos años que dure el cultivo, mediante el proceso del deshijado.

La colocación de las pequeñas plantas se realiza a unos 15 centímetros de profundidad del suelo y se suele dejar una distancia de unos dos metros entre planta y planta.

Un correcto control del suelo, buena cantidad de agua y horas de luz solar es todo lo que necesitan estas plantas para crecer. Se controla exhaustivamente la aparición de plagas (que es el principal problema de este tipo de cultivo, ya que son demasiado dañinas). Debemos saber que con los cuidados adecuados éstas plantas crecen bastante rápido y al año darán sus frutos.

Abonado de la tierra

El plátano es un cultivo que requiere bastante mimo en este aspecto. Si deseamos obtener una buena cosecha y con plátanos de calidad, hemos de tener en cuenta que a este cultivo le gusta consumir su proporción correcta de macronutrientes (nitrógeno, fósforo y potasio) pero también necesitaremos planear los aportes de minerales como el calcio, el hierro o el magnesio.

Las grandes producciones siguen empleando abonos químicos, correctamente balanceados y controlados en sus abonadoras en las cantidades que necesita el cultivo cada año. Pero hemos de tender, cada vez más, hacia el cultivo ecológico y ya podemos encontrar varios en la isla de la Palma. Mediante el compostaje, el uso de estiércol, guano y humus de lombriz, el cuerno molido o las espinas de pescado se puede aportar a la tierra todo lo que los cultivos necesitan.

Control de plagas

Es uno de los mayores dolores de cabeza entre los agricultores del plátano de Canarias. Se deben cuidar los riegos y la humedad del suelo. Es un cultivo al que le encanta el agua pero no el fango ni los charcos, ya que es sensible a los hongos y al ahogamiento de sus pequeñas raíces.

Pero sobre todo se teme al picudo o la picuda. Un insecto que puede llegar a arruinar plantaciones enteras si no se le detecta y combate. No existe ningún insecticida homologado que sirva contra esta plaga. Tampoco existe ningún repelente natural efectivo contra el picudo negro, de modo que lo que se usa en todos los cultivos son las trampas de feromonas. Capturar a este bichejo en fase adulta es lo mejor que se puede hacer ante este posible y amenazante problema.

Además siempre está presente la enfermedad de Panamá o el mal de Panamá; se trata de un hongo que ataca a las variedades enana y gran enana, que como ya mencionamos antes son de las más elegidas en Canarias. Suele controlarse mediante el control exhaustivo de los riegos, la composición de un suelo filtrante con buen drenaje, el minimizar las sombras o maximizar el aporte solar a la zona de cultivo dañada, la calcificación de los suelos ácidos en exceso o si el mal ha ido a mayores… la renovación y recomposición del suelo.

En la actualidad existen numerosos cultivos que se basan en el aceite de neem y los jabones potásicos como principales plaguicidas. No obstante se usan demasiados productos fitosanitarios, como ocurre en toda la agricultura intensiva de los tiempos actuales. Es por ello que existe un control muy duro y pertinente para que no se empleen sustancias prohibidas o no aprobadas por los organismos de la UE.

Control de fitosanitarios en los cultivos de Plátano de Canarias

Las autoridades competentes llevan a cabo un control exhaustivo de los fitosanitarios empleados en todos los cultivos plataneros en la isla.

De forma aleatoria se seleccionan varias piñas de plátanos y se toma una muestra de forma minuciosa. Esta muestra es controlada y se lleva a un laboratorio de tal modo que si se detecta cualquier sustancia prohibida o exceso en alguno de los productos empleados se considera no apta para el consumo y dicho cultivo se pone en cuarentena. Algunos días después y de acuerdo a los protocolos de control, se repite la inspección y se realizan tomas de más muestras.

Si el resultado es negativo, se levanta la cuarentena y se sigue llevando el pertinente control. Pero si el resultado vuelve a ser positivo, esa plantación se cierra y no será posible comercializar el producto en el mercado.

La Unión Europea y el Gobierno controlan mucho esta materia y cada vez se tiende más al fomento de la agricultura ecológica y segura para la salud de los consumidores. De ahí la batalla de los agricultores nacionales frente al mercado internacional de banana latinoamericana, ya que obviamente resulta imposible competir en coste con los plátanos que llegan de mercados donde no existen controles, tan rigurosos, en este aspecto.

El proceso del deshijado

Las plataneras no se reproducen por polinización, no existen machos ni hembras y ya sabrás que los frutos no contienen semillas. Las plántulas se obtienen a partir de los «hijos» de una planta platanera «madre». Es decir que deben separar los retoños que brotan del suelo junto a la planta principal o madre.

Esto tiene mucho que ver con uno de los procesos más laboriosos y característicos del cultivo platanero: el deshijado. Un proceso que se lleva a cabo de forma manual con una herramienta de corte que se denomina barreta, similar a un destornillador plano, gigante y con la punta afilada para cortar los brotes seleccionados como hijos no sucesores.

La técnica del buen platanero hace seleccionar un único hijo (a veces dos) que será el brote que brindará su cosecha al año siguiente en cada una de las plataneras. Los llamados «hijos de fondo» son los primeros en brotar de la planta madre y siempre son desechados como sucesores. Los «hijos de agua» son alargados y tampoco serán buenos sucesores.

Además dentro de los posibles sucesores hay que saber elegir aquel que dará buena continuidad al cultivo; debe mantener las líneas y el encuadre de la plantación. Pensemos que a lo largo de tres o cuatro cosechas, el siguiente hijo debe salir en el mismo lugar donde estaba la madre inicial.

Seleccionar de forma errónea los hijos en el cultivo dará problemas futuros de fuerza, vigor y alineaciones incorrectas en la plantación; lo que puede suponer mermas en las futuras producciones de este cultivo. Además el proceso del deshijado influye directamente en el desarrollo de la planta y en consecuencia, de su producción.

Como ves, es un proceso curioso, singular y para el que se debe contar con la sabiduría y la experiencia necesaria. Además es una labor manual, que no se puede mecanizar y por muchos es considerada un arte «el arte del deshijado», ya que se debe hacer coincidir con el momento exacto. ¿Cuál? el que haga que la platanera de su producción en la época idónea (que para el agricultor es cuando mejor se pague la cosecha).

Floración y fructificación

Muchas personas desconocen incluso la forma en la que estas plantas presentan sus frutos. Algo que no deberías saber si nuca has estado en una finca de plátanos; ya que siempre los vemos presentados por separado o en conjuntos (manos) de varios plátanos en los comercios.

El fruto cuelga de la platanera hacia el suelo en un gran conjunto de plátanos que presenta forma de cilindro o cono, algo más estrecho por su parte baja. A este conjunto de frutos le denominamos «piña» y cada piña puede contener entre 200 y 250 plátanos. Del centro de la piña cuelga una característica flor grande y cada uno de los plátanos también contiene una pequeña flor en su punta (el circulito negro que ves y que agrupa la cáscara cuando lo pelas).

Los plátanos de la piña van creciendo, se modifica el plan de abono y las piñas van engordando, incrementando su peso y conformando la jugosidad y dulzura que caracterizarán sus plátanos cuando ya estén maduros.

Cuando las piñas presentan un buen tamaño y los plátanos están cercanos a su punto de corte se llevan a cabo las siguientes labores:

  • Apoyos: no en todas, pero normalmente en algunas plantas se debe bridar un apoyo para que el peso de las piñas no vuelquen toda la planta al suelo.
  • Desfloración: otra acción costosa, que se debe realizar mediante procesos manuales. A veces directamente con la mano y otras, ayudados con una herramienta de corte. Se trata simplemente de eliminar la flor de todos y cada uno de los plátanos que contiene cada piña de la plantación. Si no se hiciera esta labor, los plátanos se pudrirían enseguida.
  • Cobertura: se cubren las piñas que vayan a ser cortadas en poco tiempo. Una bolsa de plástico cubre toda la piña, de forma minuciosa, hasta su origen y sin dejar agujeros u oquedades. Esta labor es importante y se realiza con la misión de que no entre al fruto ninguna plaga o insecto indeseado que pudiera echar a perder la cosecha. El insecto más temido es la lagarta de la platanera: una mariposa nocturna que puede entrar en los frutos, en su etapa larvaria (un gusano de color verde).

Cosecha

A muchas personas les llama la atención que se cosechen los plátanos con una coloración tan verde. Algunos visitantes comentan que pensaban que, al menos los que se comían aquí en las islas, se dejaban en la planta hasta verse bien maduros, con ese característico color amarillo. La respuesta es negativa.

Tanto los plátanos que se consumen en la isla, como los que van para exportación a la península o a los mercados europeos se cortan cuando la piña todavía es de color verde. Es la forma adecuada de que el producto responda bien a los procesos de corte, transporte y empaquetado.

Las piñas posteriormente suelen separarse en manos (conjuntos de 8, 10 a 15 plátanos unidos a su tallo) donde también madurarán con facilidad en pocos días. No los metas a la nevera, tampoco los tengas a la luz. La mejor forma de que maduren, salgan bien buenos y plagados de motitas negras es taparlos con un trapo en un lugar fresco y seco de la casa. No te olvides de que los tienes ahí o en pocos días madurarán demasiado y tendremos el habitáculo ¡lleno de pequeñas moscas!

¿Quieres saber más sobre la Cultura del Plátano de Canarias?

Si te ha gustado aprender sobre el cultivo del mejor plátano del mundo, te invitamos a ver esta serie de vídeos de la mano de Asprocan. Podrás visualizar todo lo que hemos comentado en esta entrada del blog contado y explicado por alguno de sus protagonistas.

👉 Ver en Youtube la serie sobre la cultura del plátano en Canarias

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