Seguro que conoces el gofio si ya has estado en su lugar por excelencia, ¡en las islas Canarias!
Pero si no lo conoces o te interesa saber algo más sobre el gofio y todo lo que lo rodea, estás en el sitio adecuado. La Palma presume de tener una arraigada cultura del gofio y además, también es uno de mejores lugares para probarlo ya que todos los canarios que han probado el escaldón palmero… suelen decir que es el mejor que han comido nunca.
Descubre la isla de la Palma y no te dejes nada en 👉 TuylaPalma.com 👈
¿Qué es el gofio?
Si desconocías lo que es, se trata de un polvo que sacó del hambre a muchísimas familias canarias durante la posguerra y también durante muchos años antes, cuando la economía de las islas no estaba tan desarrollada. En la Palma, ya en la época de los benahoaritas, se empleaban este rico alimento bajo otra versión que también daremos a conocer.
Fue la base alimenticia de muchísimas familias campesinas en la Palma. Muy nutritivo, muy rico en fibra, vitaminas y minerales. Además, el gofio tiene la particularidad de llenar bien el estómago para no tener hambre pero al mismo tiempo se digiere muy bien.
Se trata de un polvo y de hecho es una harina; pero una harina muy particular ya que se elabora de forma diferente a la harina que todos conocemos. ¡Vamos a verlo!
Qué es realmente el gofio canario
Para elaborar el gofio necesitamos partir de los cereales, concreta y tradicionalmente se emplean el millo (o maíz) y el trigo. Pero en la actualidad existen gofios mucho más ricos a nivel nutritivo, compuestos de varios cereales e incluso de alguna legumbre como las lentejas.
Veamos cuáles son las particularidades que lo destacan del resto de «harinas»:
- En primer lugar se emplean los granos con su piel. Es decir, estamos ante una harina totalmente integral porque la cáscara es también molida junto al grano.
- En segundo lugar, los granos de cereal se tuestan antes de ser molidos. Es decir, el polvo que se obtiene tras moler los cereales ya está «cocinado». Es lo que diferencia al gofio canario del resto de harinas con base cereal.
En la actualidad, encontramos gofios de hasta 5 e incluso 8 cereales. Pero el gofio tradicional se basa en el trigo, el millo o una mezcla de ambos. Según su composición será más blanquecino, más amarillento o incluso tirando al marroncito más oscuro; pero jamás es tan blanco como la harina, ya que es integral y el grano previamente fue tostado antes de convertirse en polvo.
Disponemos entonces de una «harina» que ya está previamente cocinada. Es por ello que podremos comer el gofio simplemente a cucharadas, escaldado en el alguna sopa, espesando la leche, realizando un guiso o engrosando su salsa, en algún postre o directamente amasado con agua. No nos será indigesto como si lo hiciésemos con otro tipo de harina.
👉 Aquí puedes ver las diferentes formas de comerlo
La Cultura del Gofio en la Palma
Cuántas personas desayunan leche con gofio en la Palma. Cuántos abuelitos cenan su plato de leche caliente con gofio casi a diario. Estamos ante un alimento muy rico en nutrientes, que da energía de calidad y que gusta mucho a niños y mayores. Sin lugar a dudas es una buena forma de empezar el día.
Un alimento igual de famoso en todo el archipiélago canario e igual de querido y usado. Pero cabe señalar que la Palma es una isla menor, cuyo desarrollo económico comenzó más tarde y que siempre ha sido una isla especialmente rural y cuya economía se ha basado en el sector primario.
Todo ello supuso que el gofio perdurase más tiempo como alimento de base en una mayor parte de la población.
Los abuelitos y abuelitas de la isla nos cuentan que durante varios meses del año se alimentaban de gofio para el desayuno, gofio para el almuerzo y gofio para la cena. Muchos campesinos nos cuentan que era la mejor forma de tener energía y llenar el estómago para continuar con las labores del campo. Otros también nos dicen que, en los años malos, no había otra cosa: «emigrabas a Venezuela o Cuba o te quedabas por acá comiendo gofio».
También nos cuentan cómo cada familia iba determinado día de la semana a moler su grano tostado al molino. No todo el mundo tenía su molino, como podrás imaginar. Podía haber uno o dos molinos para todo el pueblo y la gente incorporó este hecho a su rutina. Había que esperar al viento, acercarse al molino a ver si se movían sus aspas y en ese momento, vecinos y vecinas se juntaban en comuna para autoabastecerse de gofio.
Cosechar todo el cereal, realizar el tueste, esperar el funcionamiento del molino y obtener un gofio de la mejor calidad, ecológico al 100% y con las aguas de antes se convertía en una actividad económica, vecinal y en definitiva social. Los vecinos colaboraban unos con otros, se avisaban de cuándo se podía moler y se organizaban buenas reuniones y conversaciones.
Es a lo que denominamos la cultura del gofio en la Palma y que de hecho podremos palpar en primera instancia si vistamos el Museo del Gofio, en el municipio de Garafía.
El primer gofio. Los auténticos orígenes…
¿Sabías que los benahoritas hacían su propio gofio?
Narra la historia de los primeros pobladores de la isla de la Palma, así como los aborígenes del resto de islas, que ya elaboraban su base de la alimentación a base de lo que podríamos considerar «el Gofio de los awaras».
En este caso, poco tenía que ver con el gofio actual. Los benahoaritas llevaban a cabo su particular «receta». Se trataba de una masa elaborada con una «harina» a base de semillas, habas, granos de trigo, raíces de helecho y de otras plantas comestibles de la isla.
Se cree que secaban las raíces al sol y también tostaban el grano, molían todo y lo machacaban con sus herramientas de piedra o hueso y lo consumían mezclado, en ocasiones, con leche de cabra o caldo. Elaboraban esta masa a la que llamaban ahorén. Es el pasado del gofio que seguimos consumiendo en la actualidad.
Formas de hacer el gofio
Existen diferentes formas de presentar y consumir este alimento que fue la base de alimentación en la Palma así como en todas las islas canarias. Vamos a ver las principales formas en las que se consume el gofio en la actualidad.
Gofio con leche
Se trata de añadir dos o tres cucharadas de gofio a un vaso o tazón de leche caliente. Mucha gente lo emplea en los desayunos y también en las cenas. Con algo de azúcar lo suelen tomar los niños y/o acompañado de cacao. Mucha gente le añade pasas y algún fruto seco y se consume como una «sopa de leche».
Incluso las personas deportistas lo añaden a sus batidos de proteínas como un complemento adicional, dado el gran aporte de hidratos de carbono y fibra. Ideal para suplementar una dieta saludable. Además, como ya mencionamos anteriormente se digiere muy bien y es un alimento que quita bastante la sensación de hambre.
Gofio amasado
En este caso se trata de mezclar el gofio con agua y un toque de aceite de oliva virgen. El resultado es una pequeña pelota o «croqueta» para consumirlo directamente. Es la forma de sentir el verdadero sabor del gofio. Notamos el olor y el sabor de esos cereales tostados.
No es la versión que le encante a todo el mundo. Pero hemos de saber que es su forma más básica y de hecho es la forma de comerlo que tenían antaño, cuando por cuestiones económicas no había mucho más que añadir…
Escacho
Es una evolución del gofio amasado. En este caso mezclamos la masa, a partir de agua y gofio, con pequeños trozos de cebolla picada, pimiento verde y/o rojo, taquitos de queso blanco, especiamos con lo que más nos guste y lo aderezamos con un rico mojo verde.
Amasamos todo el conjunto hasta que quede una textura consistente y presentamos en forma de barra. Cortamos en rodajas y acompañamos con más mojo. Ésta versión más completa del gofio amasado está realmente buena y la verdad es que ¡llena un montón!
Escacho dulce
La modalidad dulce del escacho. Partimos de la misma masa de gofio y agua pero en este caso la vamos a acompañar de algún fruto seco como las nueces, los pistachos, las avellanas… (lo que más nos guste o una combinación de varios).
Añadiremos pasas, plátano maduro bien machacado e integrado en la masa y aderezamos con miel. Lo haremos en pequeñas bolas o también formando una gran barra, que después cortaremos en rodajas. Pasaremos por gofio seco, a modo de «pequeña camisa» para que no resulte pringoso al cogerlo.
Ésta versión es deliciosa y al mismo tiempo una bomba calórica. Por lo que es ideal para niños y personas deportistas. El aporte calórico es tan alto como su valor nutritivo. Serán muchas calorías pero muy sanas y el sabor es ¡realmente bueno!
Chicharrones
Conocidos con el mismo nombre en muchos lugares de España, en otros se les conoce como torreznos. En cualquier caso, se trata de una parte grasa del cerdo (panceta cortada en trozos bastante gruesos).
La particularidad es que aquí llevan un rebozado en gofio y la verdad que les da un toque muy sabroso, al mismo tiempo que nos resultan menos grasos en boca.
Escaldón de gofio
La textura de una papilla espesa o de un puré, ideal para consumir como primer plato. Se trata de la forma mayoritaria en la que se consume el gofio en la actualidad. Es la versión que más podremos ver en los bares y restaurantes de todas las islas y en los guachinches de Tenerife. Una forma tradicional, muy sabrosa y nutritiva de comer el gofio.
Concretamente en la Palma se dice que preparan el mejor escaldón de todas las islas. Si pensamos en el carácter rural de la isla, su economía basada en el sector primario y también en el clima de los pueblos de montaña, diferente al de otras islas vecinas, entenderemos que en la Palma riman más los platos de cuchara, calentitos, durante los meses fríos y donde el escaldón de gofio se lleva la palma.
No son pocas las personas que dicen que los mejores escaldones y los mejores mojos se preparan en la Palma y en su vecina la Gomera.
Por algo será…
En este caso se escalda el gofio con un buen caldo de pescado o de carne. Se integran en dicho escaldado algunas migas de pescado o un poco de carne mechada (según el caso) y se adereza con cebolla, pimiento y algunas especias para terminar decorándolo con queso blanco y algo de mojo verde por encima. ¡Todo un manjar en la Palma!
Encontrarás su versión pescado en algún lugar o zona de costa y su versión carne en las poblaciones de interior y pueblos de montaña. Créeme, en la Palma está especialmente bueno.
Postre de gofio
No es fácil encontrarlo en cualquier sitio pero la realidad es que se trata de un postre muy rico y diferente. Realmente se trata de una sencilla mousse de gofio, dulce y con su «toque salado» al mismo tiempo. Un postre muy cremoso, para nada indigesto, es ligero en el estómago y muy especial en boca con el inconfundible olor al tueste del gofio.
Además, el hecho de ser un ingrediente de base, su versatilidad y el ingenio de cada persona en la cocina, ha permitido que hoy podamos encontrarlo en galletas, bizcochos, muffins, crepes, pancakes…
Si todavía no te han entrado las ganas de comer, échale un ojo a nuestra guía sobre 👉 Qué Comer en la Palma 👈