Las plantaciones de tabaco en la isla de la Palma provienen directamente de las semillas traídas de Cuba y es por ello que los puros palmeros tienen un carácter especial y una calidad que, para muchos expertos, puede incluso superar a los afamados habanos cubanos. Pero conozcamos un poco la historia.
La Historia de los Puros Palmeros
Las primeras noticias que tienen los historiadores acerca de las matas de tabaco se remontan, nada más y nada menos, al año 3000 antes de Cristo. En las zonas andinas de américa se encuentran vestigios que dan a conocer el uso medicinal que ya hacían los americanos de aquel entonces.
El tabaco es pues una planta milenaria cuyo uso se extendió por todo el continente americano, llegando al Caribe y por supuesto a la isla de Cuba.
Desde la colonización ya tenemos constancia de que los nativos secaban y fumaban las hojas de esta novedosa planta para los europeos. En las Antillas, México, Brasil, la Florida… tenemos la constancia de que se empleaba el tabaco con un carácter medicinal y también se utilizaba en rituales y ceremonias, otorgando ya al tabaco ese toque místico que tuvo en el pasado de las américas.
Pero para hablar de las plantaciones de tabaco en la Palma debemos acercarnos a un pasado más reciente. Fue durante el siglo XIX cuando los propios emigrantes palmeros traerían las primeras semillas de tabaco cubano y comenzaron a cultivarlo en su isla.
La emigración de palmeros hacia el nuevo continente
Tras la pérdida de territorios por parte de la Corona de España, la decadencia del imperio español durante el siglo XVII, las posteriores guerras napoleónicas y las diversas crisis comerciales sufridas en Europa, la Palma sufrió demasiado a finales del XVIII y principios del XIX.
Ni el carmín de la cochinilla, ni la anterior expansión de los vinos, ni la ya inexistente caña de azúcar podían mover la economía de la Palma. Fueron años muy duros, con sequías, fuertes hambrunas y tasas muy bajas de empleabilidad. La pobreza, la decadencia del comercio y la actividad portuaria sacudieron fuerte a la sociedad palmera de la época.
Multitud de palmeros, de canarios y gente de toda España emigraban al continente americano en busca de trabajo y sustento para sus familias. Fueron muchos los palmeros que emigraron a países como Cuba y Venezuela en busca de una mejor vida. Y no fueron pocos los que encontraban su ocupación en las enormes fincas tabaqueras de Cuba.
Pero desde mediados hasta finales del siglo XIX, con el regreso de los primeros indianos, llegaban las mejores semillas de tabaco de todo el mundo. Semillas cubanas que se adaptaron a la perfección al clima subtropical oceánico de la Palma.
Además de las semillas, los emigrantes palmeros se trajeron la sabiduría del corte, la experiencia en la obtención de las mejores hojas y mezclas de tabaco y todo el saber hacer del mejor tabaco del mundo. Comenzó entonces el desarrollo de la industria tabaquera en la Palma, con varias haciendas dedicadas al cultivo de esta planta y hasta el día de hoy se mantiene la tradición de un tabaco natural, cien por cien artesanal y que, para muchos fumadores, supera al auténtico habano de Cuba.
La cultura del puro en la Palma
Con esta historia del puro habano en la Palma es lógico pensar que se creó una cultura del tabaco en la isla. Varias familias se dedicaban a su cultivo y los procesos artesanales para elaborar los puros palmeros. Hombres y mujeres encontraron su ocupación en las fincas tabaqueras, se crearon chinchales (pequeños puntos de elaboración y venta de tabaco puro), se extendió la cultura del corte y la recolección de las hojas así como el saber hacer de las mezclas y la elaboración de los mejores habanos, que solo tenían los mejores maestros artesanos.
Hacia 1970 toda la industria tabaquera ya estaba aniquilada en la Palma. La «plaga» del moho azul terminó con los años pletóricos de los puros palmeros. Desde entonces se fue recuperando de forma muy lenta y paulatina. La cultura del agua, el boom platanero y los primeros turistas comenzaron a tirar de la economía de la isla.
Los puros palmeros en la actualidad
Como ocurre en toda labor artesanal, esta cultura del tabaco en la Palma fue pasando entre generaciones, se mantuvieron algunas plantaciones, chinchales y pequeñas fábricas de puro palmero.
En la actualidad encontraremos algunos chinchales repartidos por la isla, varias plantaciones de tabaco en la Breña, una fábrica de puros palmeros, algunas pequeñas empresas familiares y artesanales e incluso podremos visitar el Museo del Puro, que también se encuentra en la Breña.
El cultivo del tabaco se reduce a unas pequeñas plantaciones situadas en la Breña pero la realidad es que se cuida hasta el más mínimo detalle; desde el cultivo, cien por cien natural, hasta la elaboración de las mezclas, conseguidas con tabaco importado de Cuba, República Dominicana y Nicaragua. El mimo, la escasa producción y la extrema calidad de estos puros palmeros los sitúan en como un producto premium que, para muchos expertos, resulta ser el mejor puro del mundo en la actualidad.
Si te ha gustado saber más sobre los puros palmeros y te interesa conocer todo el proceso que conlleva su elaboración en la isla, te invitamos a ver este video en Youtube: 👉 El Cultivo de Tabaco en la Palma.