Los vinos de la Palma

Si hablamos de comer bien debemos hablar también de los vinos de la Palma. Hay quien dice que en las islas no se da buen vino pero la verdad es que directamente, se equivoca.

Es cierto que las producciones en Canarias no son tan cuantiosas como en otras zonas vinícolas de España y es uno de los motivos por el que quizás no sean vinos demasiado conocidos. Pero la verdad es que la uva Malvasía, que se desarrolla a la perfección en tierras volcánicas, pisa muy fuerte desde hace mucho tiempo y es muy representativa de todo el archipiélago. Los vinos canarios cuentan con numerosos premios y bien merecidos además, porque son estrictamente deliciosos.

El vino tinto de la Palma

Destacan más los vinos blancos que los tintos y la Palma no es ninguna excepción. Si no has probado los vinos canarios y eres amante de los tintos, quizás te resulten algo más rudos o «fuertes» que lo que hayas probado hasta el momento. Pero nada más lejos de la realidad, simplemente son diferentes. Algo lógico si pensamos que están realizados con variedades particulares de estas tierras, con un clima distinto al de otros lugares del mediterráneo y una tierra y condiciones meteorológicas totalmente diferentes.

También hay varios tintos con premios reconocidos y que son una verdadera exquisitez. Eso si… la escasa producción de caldos de estas tierras eleva los precios de forma considerable.

La uva que reina en el tinto de la Palma es la variedad negramoll aunque existen varios vinos en la isla que provienen de las mezclas que considera cada enólogo, donde a veces se incorpora la variedad almuñeco o listán prieto

Los vinos tintos de la Palma son idóneos para disfrutarlos acompañados de unos quesos palmeros o un buen escaldón de gofio. También son perfectos para acompañar cualquier carne a la brasa o algún estofado de cabra. Desprenden un aroma muy característico a pino. Concretamente a la resina de la tea.

De hecho en la isla se denominan vinos de tea y este olor a madera no camufla los aromas a fruta fresca con notas de frutos rojos. Suelen ser bastante oscuros y se consumen en forma de vino joven (del año o del año anterior). Son caldos con baja o moderada graduación alcohólica.

La Tradición Familiar de los vinos de la Palma

Lo bueno de muchos vinos de la Palma es que se siguen recolectando en familia, se pisan las uvas o se prensan y se emplean los lagares de antaño, que también están elaborados en madera de tea. Toda una tradición en lugares como Fuencaliente, las Manchas, Tijarafe, Puntagorda y Garafía.

Cosechar las uvas en familia, elaborar estos caldos de la forma más tradicional, conseguir vinos excelentes sin emplear químicos y siendo almacenados en las antiguas pipas de tea, que vienen ya del bisabuelo… es una fiesta, con buena comida, barbacoa asegurada y una tarde espectacular entre familiares y amigos.

Este vino entra solito, no da dolores de cabeza y es perfecto para alternar en los festejos de la Palma.

El vino blanco de la Palma

La Palma destaca también en los paladares más exquisitos por sus vinos blancos. Si no conoces las variedades que reinan en el archipiélago canario, deberían comenzarte a sonar: la albillo, que seguramente ya conocerás, la malvasía y la bujariego (variedades típicas de la Macaronesia).

Los blancos tienen más personalidad que los tintos y de hecho son los vinos de la Palma que más se conocen fuera de la isla. También se consumen jóvenes, tienen una graduación bajita pero un color dorado muy especial y sobre todo un aroma a fruta fresca con claras notas florales. Son vinos con escasa acidez en el paladar y nos trasladan directamente a la uva de la tierra palmera.

Ideales para maridar con los pescaditos de la isla o con un buen arroz de marisco, una ración de lapas o un buen choco a la brasa.

Vino malvasía de la Palma

La malvasía es una apreciada variedad típica en todas las islas Canarias y de hecho es uno de los lugares donde más se emplea. Se puede decir que es la joya de la corona a la hora de hablar de los caldos de la Palma. Aunque también se emplean variedades como la sabro, la malvasía es la reina en los vinos semidulces y dulces de la Palma.

La Villa de Mazo y Fuencaliente son las dos zonas más representativas de este tipo de vinos que, como ya hemos mencionado, son los más conocidos y apreciados. Su sabor suave contrasta con el gran aroma que desprende. Son vinos que se disfrutan ya en la copa, antes de probarlos. El olor a fruta cítrica con amplias notas florales nos «llenan» antes de llevarlos a la boca. También cuentan con una mayor graduación alcohólica ya que la malvasía se deja en sus cepas hasta que la uva se pasa, un poco, de madura

Si no conoces los vinos canarios debes saber que precisamente estos vinos blancos semisecos o semidulces son los que cuentan con más premios nacionales e internacionales.

Viñedos, cepas y bodegas

En la isla de la Palma podrás conocer e incluso visitar alguna de sus bodegas más comerciales y también podrás encontrar buenos caldos en las tiendas y supermercados de la isla. Pero también hay que tener en cuenta que en muchas zonas de Mazo, Garafía, Fuencaliente y las Manchas todavía se sigue la tradición: pequeña producción familiar, donde se pisa la uva y se elabora un vino cosechero en barrica, sin química alguna y que siempre acompaña las barbacoas familiares.

En la Villa de Mazo o en el municipio de Fuencaliente, tierra de vino y fuego, encontrarás buenas bodegas y sobre todo te podrás deleitar con la cantidad de bancales, terrazas y pendientes que están totalmente tapizadas de vid.

Si tienes acceso a alguna bodega familiar… estos vinos cosecheros del año son perfectos y entran en boca como el mismísimo agua fresca en pleno verano. Otra delicia y… ¡otro secreto de la Palma!