Las Fiestas de las Manchas en la Palma

Durante la primera mitad del mes de septiembre se celebran las fiestas del popular barrio de las Manchas, en la isla de la Palma. Unas fiestas grandes a las que acuden personas de todos los municipios del Valle de Aridane y que dan continuidad a las fiestas grandes del Paso.

En estas fiestas se aúnan lo religioso, lo tradicional y una gran verbena para pasarlo en grande entre la población palmera. En estas fiestas cobran importancia el honor a su patrón San Nicolás de Bari y también la Virgen de Fátima y su conocida figura, establecida en la parte alta de este popular barrio de la Palma.

El día grande de estas fiestas suele coincidir con el segundo o tercer sábado del mes de septiembre y comienza con una ofrenda, sigue con una romería y termina con comida, bebida y parranda hasta bien entrada la noche.

La iglesia de San Nicolás

La devoción a este santo en la isla proviene de la primera mitad del siglo XVIII. Pero… ¿Por qué la construcción de esta parroquia?

Hemos de remontarnos a 1696, nada más y nada menos. Año en el que se produjo la muerte de Don Nicolás Massieu Van Dalle, que fue Regidor perpetuo de la isla de la Palma, Señor, Aguacil del Santo Oficio de la Inquisición y habitante de Argual, donde poseía un Cristo y algunas figuras eclesiásticas. Nicolás también contaba con una gran hacienda en las Manchas y uno de sus deseos en testamento fue la construcción de una ermita en honor al Santo de su nombre, en su hacienda de las Manchas.

De ermita, posteriormente pasó a parroquia. Su estética arquitectónica responde a la extendida durante las primeras décadas del siglo XIX. Hoy en día podemos visitarla y aunque bastante remodelada, la sacristía conserva sus muros principales originales.

La fama de esta iglesia en las Manchas… también tiene que ver con los volcanes.

El 24 de junio del año 1949 tuvo lugar la erupción de un nuevo volcán en Cumbre Vieja. El volcán conocido como San Juan (debido a la fecha del 24 de junio). Las lavas de este conocido volcán discurrieron cumbre abajo, hacia el popular barrio de las Manchas y poco antes de llegar a cubrir esta ermita la enorme colada de lava se abrió, copiando el terreno escarpado y bifurcando sus brazos de lava. El brazo lávico que se dirigía directo a esta iglesia se detuvo poco antes de llegar, dejando fuera de peligro esta iglesia hasta el final de la erupción.

El Monumento a la Virgen de Fátima

Un acontecimiento que se recuerda y celebra como un milagro. Motivo por el cual el párroco ordenó colocar una imagen de la Virgen de Fátima justo en el lugar donde se detuvo ese brazo de lava que iba directo hacia las Manchas y se hubiera llevado la parroquia de San Nicolás. Desde entonces, en 1950, la figura de la Virgen de Fátima y su monumento, que podemos actualmente visitar en lo alto de las Manchas, presiden, custodian y aguardan esta zona de la isla.

Cabe destacar que la erupción de 2021, del volcán Tajogaite también amenazó de nuevo al barrio de las Manchas y que la lava pudo con buena parte de su cementerio (situado muy cerca del citado monumento a la Virgen de Fátima). Parroquia y monumento fueron amenazados una vez más por esta reciente erupción en la Palma pero esta vez, tampoco la naturaleza pudo con ellos, quedando únicamente marcados por la extensa lluvia de cenizas que lanzó el Tajogaite durante tres meses.

La Romería en las fiestas de las Manchas

El día grande de las fiestas en las Manchas parte en el conocido Bodegón Tamanca, punto desde el que iremos caminando con los trajes típicos de magos y magas hasta el monumento a la Virgen de Fátima. Una caminata en la que no faltarán la comida típica, que se reparte en varios puntos de venta en los carros y carretas que nos acompañarán durante la romería.

A la llegada al monumento de Fátima nos espera un escenario donde la fiesta continúa hasta la noche, acompañados de música y orquesta donde bailaremos al son de los ritmos canarios, la salsa y la bachata. No falta la comida típica canaria y el buen vino cosechero de las Manchas para coger fuerzas y seguir la parranda. Durante la noche la fiesta continúa al ritmo de la música y podremos seguir disfrutando en la calle, junto a la iglesia de San Nicolás, la plaza y el conocido Bar «El Americano» donde no faltarán los churros y los bocadillos de chorizo perro.

Buena música, puestos de comida y bebida y lo mejor de todo: un gran ambiente familiar, vecinal y festivo que se caracteriza por el mejor carácter palmero, donde seguro que disfrutamos en familia sin parar de bailar y cantar.

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