Post-conquista de la Palma

Tras la conquista definitiva de la isla y durante los primeros siglos del Antiguo Régimen, se sucedieron en la Palma unos siglos de gran desarrollo y prosperidad. Tras ello, llegaron también siglos de decadencia, crisis comerciales y penurias, que salpicadas además por los años de sequía, destrozaron la economía de la isla; lo que provocó las primeras emigraciones de palmeros y palmeras que marchaban a Cuba, Venezuela y otras zonas del Caribe en busca de sustento.

Primeros años de la post-conquista

Nos situamos durante los siglos XV y XVI. Fueron años en los que la Corona de Castilla se dedicó a repoblar la antigua isla de Benahoare, llevando a cabo el proceso de cristianización de los awaras. Durante los primeros años se produjeron asociaciones entre conquistadores y aborígenes, se construyeron las primeras pilas bautismales y comenzaron a llegar señores, socios de la Corte, comerciantes y gente de la burguesía.

Se instauraba el Antiguo Régimen del gran imperio español en la isla de San Miguel de la Palma. En lo social y económico nada cambiaba respecto a lo que ocurría en el resto de territorios españoles. La relación de vasallaje era un hecho entre los conquistadores y los menceys de los territorios de la Palma.

Señores y socios de la Corte se repartían las mejores tierras, donde después crearían sus haciendas. Lo mismo ocurría con el reparto de las aguas y la planificación económica de los recursos potenciales que brindaba el nuevo territorio.

Iniciado ya el siglo XVI la isla de la Palma aguardaba cobijo a más de 6.000 personas, entre awaritas convertidos y los nuevos pobladores. Además comenzaron a desarrollarse los primeros núcleos urbanos, las iglesias, haciendas, molinos y acequias. Los nuevos pobladores de la isla trajeron nuevos cultivos, animales y semillas.

Algo era claro. La Palma contaba con la mayor riqueza que se podía tener en aquel entonces: agua dulce, buena tierra, mano de obra y un clima subtropical perfecto para adaptar cualquier cultivo con el que comerciar tanto en Europa como en el nuevo mundo de las américas.

La caña de azúcar en la historia de la Palma

Estos inicios de rápido crecimiento y desarrollo vinieron causados por la expansión de los cultivos de caña de azúcar. Las zonas de los Sauces, Tazacorte y Argual se plagaron de cañaverales. La caña de azúcar, el guarapo y el ron eran buenos generadores de la riqueza del momento. No solo españoles; también italianos y flamencos comerciaban con lo que entonces era el oro de la Palma.

Los densos cañaverales pagaban buena parte del desarrollo de la isla. Si bien fue Barlovento una de las primeras poblaciones que fundaron los colonos en la isla, la ciudad de Santa Cruz de la Palma fue ganando toda la importancia de la isla y durante el siglo XVI era conocida por todo el mundo gracias a sus operaciones portuarias.

La historia de la seda

Además del cultivo del cañaveral, la seda en la Palma también tuvo su protagonismo. Una tierra especial para el denso crecimiento de las moreras y una mano de obra que implicaba sobre todo a niños y mujeres se comenzaba a instaurar también en la Palma.

La llegada de comerciantes y artesanos flamencos e italianos supuso la importación de este preciado material de la época para la elaboración de tejidos y ropajes, importado de la China y ya bien aprendido por franceses y flamencos.

Tal fue la importancia de los menesteres de la seda palmera que sus tejidos se exportaban hacia el puerto de Amberes e incluso a los nuevos puertos de las américas. Así la seda en la Palma se extendía también durante los siglos XVII y XVIII, llegando hasta nuestros días. ¡Mira, mira!

La importancia de la historia naval en la Palma

El Puerto de Santa Cruz de la Palma fue, nada más y nada menos, que el Primer Juzgado de Indias del imperio español y el tercer puerto marítimo más importante del mundo.

Este hecho sumado a la importancia del comercio de la caña de azúcar, el ron y la seda, propició el gran desarrollo de la industria naval de la época. Se puede afirmar que el siglo XVI fue realmente un siglo de oro para San Miguel de la Palma.

Se sabe, por algunas referencias históricas de los archivos de otras islas vecinas, que los astilleros de la Palma construyeron multitud de buques. Además gran cantidad de madera de la isla se exportaba a los astilleros de Tenerife y Gran Canaria para construir más embarcaciones y todos los historiadores mencionan la gran importancia que tuvo esta industria de astilleros para el desarrollo de la isla.

Por desgracia no hay demasiada documentación acerca de ello; como tampoco tenemos acceso a demasiados escritos, archivos ni contabilidades de la época. ¿Te imaginas el porqué?

¡Piratas!

La riqueza de la isla en su siglo de oro, la gran cantidad de comercio transatlántico, el constante paso de barcos de toda bandera… implicó la siempre cercana presencia de los piratas más temidos en los mares de aquella época.

Francois Le Clerc, más conocido como Pata de Palo, atacó la ciudad de Santa Cruz de la Palma y entre otras muchas cosas… todo archivo contable y notarial de la época quedó reducido a cenizas.

De la caña de azúcar a los vinos de la Palma

Sin lugar a dudas la época dorada de la Palma se terció durante todo el siglo XVI. La caña de azúcar fue capaz de pagar buena parte del desarrollo de un territorio prácticamente recién conquistado.

Los cultivos de cañaveral, poco a poco, fueron desapareciendo hasta que prácticamente por todos los barrancos y terrazas de la isla se localizaban amplios cultivos de vid. Los caldos de la Palma vinieron a tirar de la economía de la isla como en su día lo hizo la caña de azúcar.

La Palma durante los siglos XVII y XVIII

Durante los primeros años de esta nueva etapa podemos decir que el poder comercial de la isla aún seguía en auge gracias a la producción de caña de azúcar y seda y al reconocimiento europeo a los buenos vinos de la isla, que también zarpaban en barriles para los puertos españoles, portugueses y flamencos.

Pero también fue el inicio de una nueva etapa de decadencia en la Palma. Fueron años marcados por crisis comerciales, cambios en Europa y la decadencia de todo el imperio Español:

  • La crisis de los vinos, marcadas por el auge de los caldos de otros lugares y la crisis comercial a nivel internacional.
  • El fin de los cultivos de la caña de azúcar, causa de la extensión de este cultivo por los nuevos territorios del Caribe y las propias costas del norte de África.
  • La decadencia en la importancia de la seda, por el surgimiento de nuevas modas y tejidos en Europa.
  • La crisis comercial en Europa, que marcó el siglo XVII en su conjunto con aspectos como la Revolución de los Precios, la Guerra de los 30 años o la Revolución Inglesa

Como vemos, el ambiente internacional no era propicio para nadie. Pero mucho menos para una isla como la Palma que, de ser uno de los principales puertos del mundo y un lugar ideal para el comercio, el desarrollo agrícola y una perla en el Atlántico para los piratas, pasó a tener que lidiar de nuevo con una economía de subsistencia.

Además el poder comercial estaba cada vez más concentrado en los nobles y señores socios de la Corte. La economía palmera quedaba a merced del caciquismo, del exhaustivo control de la aristocracia y los señoríos del momento.

Bajo la decadencia de esta época en la Palma no fueron pocas las familias que pasaron hambruna. La falta de trabajo en la isla y la escasez de comercio, unidos al fuerte yugo del Antiguo Régimen de la Corona que además, comenzaba a agonizar en Europa, estaban preparando el contexto ideal para la despoblación de la isla.

La seda no fue suficiente…

El mayor esplendor de la seda palmera se produjo precisamente durante el siglo XVIII. No son pocos los escritos históricos que referencian la importancia de la seda en la isla de la Palma. Labores y productos elogiados por los artesanos extranjeros que incluso exportaban durante esta época marcada por las crisis comerciales.

Pero la realidad es que aunque sirvió para emplear a buena parte de las familias humildes de algunas zonas de la isla, la seda nunca tuvo el poderío comercial, ni la extensión de lo que fueron auténticos motores de la economía palmera como el azúcar o el vino.

Tendremos que esperar hasta los siglos XIX y XX para poder hablar de la importancia del carmín, con el cultivo de la cochinilla y del boom platanero, que sigue siendo un gran motor económico para la Palma en la actualidad.

Esta decadencia económica no debe eclipsar algo muy importante que se estaba fraguando en la isla de la Palma. Nos adentramos en otra parte de la historia que da lugar a una nueva entrada.

En este caso nos referimos a un acontecimiento esencial a nivel político, que cambiaría por siempre las bases del Antiguo Régimen en la totalidad del territorio español pero que, curiosamente, se inició en la Palma.

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