Prácticamente al inicio de la pista del aeropuerto de la Palma se encuentra este pequeño varadero de pequeñas embarcaciones de pescadores tradicionales. En la actualidad viven algunas familias y el resto son pequeñas casitas vacacionales o de fin de semana. Un ambiente marinero, familiar, tradicional y pintoresco que siempre nos sorprende, también bajo el agua.
Una pequeña cueva, una gran pendiente que se adentra en el azul y un tremendo arenal salpicado de enormes dedos de lava, llenos de color y donde podremos encontrar bancos de barracudas, salemas, sargos y roncadores. También suele estar habitado por tembladeras, chuchos, mantelinas, águilas marinas y hasta algún tiburón angelote.
Ventajas del punto de buceo de la Bajita
✅ No suele haber problema para dejar el coche junto al punto de inmersión.
✅ Un buen entorno para pasar la mañana todos, si tus acompañantes no bucean.
✅ Buena cantidad de fauna marina de pequeño tamaño y aguas cristalinas.
Ideal para hacer snorkel en el propio varadero. Indicado para primeras experiencias de buceo, a poca profundidad.
✅ Buena inmersión para ver coral negro.
❗ Si no tienes experiencia en los buceos de infantería, debemos elegir un día con poco oleaje para asegurar bien la entrada y la salida. No obstante podemos entrar y salir por una gran escalera que existe a pocos metros del varadero.
❗ Al igual que ocurre con casi todas las inmersiones del este de la isla, recordar que los meses de alta influencia del Alisio (junio y julio, sobre todo) será mucho mejor conocer los puntos de buceo de la vertiente oeste.
Dos inmersiones muy diferentes en el mismo punto de buceo.
Tras entrar por el varadero de aguas cristalinas, ya plagado de pequeña fauna marina tendremos dos opciones bien distintas. En la primera inmersión, más profunda, podremos contemplar la inmensa caída hacia el azul y en la segunda, de menor profundidad, recorreremos los fondos rocosos, llenos de vida y entenderemos porqué estamos en una zona de pequeños pescadores.
Punto de buceo en la Bajita «uno»
Tras sumergirnos en el centro del charcón podremos poner rumbo norte, bajando un primer salto que nos lleva a los 12 metros de profundidad. La impresionante visibilidad de las aguas palmeras nos permitirán divisar unos grandes «dedos» de lava que caen sobre el arenal.
Prepárate para ver las anguilas jardineras asomándose a nuestra llegada, vigila la arena porque siempre hay alguna pastinaca, mantelinas y algún pez torpedo (quizás algún tiburón angelote también).
Si continuamos hacia los «dedos» lávicos y los seguimos hasta su caída, tomamos ya una profundidad que nos lleva desde los 30 metros hasta las profundidades impracticables del Atlántico: esta caída está plagada de coral negro. Vigila tu tiempo de no descompresión y asciende si es necesario, para poner rumbo de vuelta.
Podrás recorrer las rocas, de vuelta, en busca de sepias, pulpos, morenas, muriones, arañas de mar… y quizás nos acompañe algún banco de salemas, sargos, barracudas o roncadores hasta los 10 -12 metros. Finalmente tendrás entretenimiento mientras realizas tu parada de seguridad, bicheando en el charcón, a cinco metros de profundidad ya que suele estar siempre habitado de viejas, pejeverdes, fulas, damiselas, pequeños sargos, pequeñas agujas… ¡Una inmersión de 10!
Inmersión en la Bajita «dos»
Desde el propio varadero donde nos sumergimos, ponemos rumbo sureste, superamos la pequeña caída que nos sitúa entre los 12 y 15 metros de profundidad y nos dirigimos a investigar las curiosas formas lávicas que parecen brotar del arenal. Vamos en busca de chuchos, tembladeras, águilas de mar, angelotes… pero sin quitar un ojo del azul: a veces nos sorprenden familias de mantas, grandes medregales, atunes, chernes…
No te distraigas en estas rocas, ya que en numerosas ocasiones vemos nudibranquios, caballitos de mar, morenas en alguna grieta…
Con el rumbo de vuelta, no podemos dejar de visitar la cueva que encontraremos al norte de la pared que protege el varadero. No es como la Catedral, pero es una caverna que se puede visitar y que se encuentra a tan solo 7 metros de profundidad. Verás peces trompeta, crustáceos, quizás algún tamboril de buen tamaño. ¡Incluso alguna vez nos ha sorprendido alguna tortuga!
