Puros palmeros

Las plantaciones de tabaco en la isla de la Palma provienen directamente de las semillas traídas de Cuba y es por ello que los puros palmeros tienen un carácter especial y una calidad que, para muchos expertos, puede incluso superar a los afamados habanos cubanos. Pero conozcamos un poco la historia.

La Historia de los Puros Palmeros

Las primeras noticias que tienen los historiadores acerca de las matas de tabaco se remontan, nada más y nada menos, al año 3000 antes de Cristo. En las zonas andinas de américa se encuentran vestigios que dan a conocer el uso medicinal que ya hacían los americanos de aquel entonces.

El tabaco es pues una planta milenaria cuyo uso se extendió por todo el continente americano, llegando al Caribe y por supuesto a la isla de Cuba.

Desde la colonización ya tenemos constancia de que los nativos secaban y fumaban las hojas de esta novedosa planta para los europeos. En las Antillas, México, Brasil, la Florida… tenemos la constancia de que se empleaba el tabaco con un carácter medicinal y también se utilizaba en rituales y ceremonias, otorgando ya al tabaco ese toque místico que tuvo en el pasado de las américas.

Pero para hablar de las plantaciones de tabaco en la Palma debemos acercarnos a un pasado más reciente. Fue durante el siglo XIX cuando los propios emigrantes palmeros traerían las primeras semillas de tabaco cubano y comenzaron a cultivarlo en su isla.

La emigración de palmeros hacia el nuevo continente

Tras la pérdida de territorios por parte de la Corona de España, la decadencia del imperio español durante el siglo XVII, las posteriores guerras napoleónicas y las diversas crisis comerciales sufridas en Europa, la Palma sufrió demasiado a finales del XVIII y principios del XIX.

Ni el carmín de la cochinilla, ni la anterior expansión de los vinos, ni la ya inexistente caña de azúcar podían mover la economía de la Palma. Fueron años muy duros, con sequías, fuertes hambrunas y tasas muy bajas de empleabilidad. La pobreza, la decadencia del comercio y la actividad portuaria sacudieron fuerte a la sociedad palmera de la época.

Multitud de palmeros, de canarios y gente de toda España emigraban al continente americano en busca de trabajo y sustento para sus familias. Fueron muchos los palmeros que emigraron a países como Cuba y Venezuela en busca de una mejor vida. Y no fueron pocos los que encontraban su ocupación en las enormes fincas tabaqueras de Cuba.

Pero desde mediados hasta finales del siglo XIX, con el regreso de los primeros indianos, llegaban las mejores semillas de tabaco de todo el mundo. Semillas cubanas que se adaptaron a la perfección al clima subtropical oceánico de la Palma.

Además de las semillas, los emigrantes palmeros se trajeron la sabiduría del corte, la experiencia en la obtención de las mejores hojas y mezclas de tabaco y todo el saber hacer del mejor tabaco del mundo. Comenzó entonces el desarrollo de la industria tabaquera en la Palma, con varias haciendas dedicadas al cultivo de esta planta y hasta el día de hoy se mantiene la tradición de un tabaco natural, cien por cien artesanal y que, para muchos fumadores, supera al auténtico habano de Cuba.

La cultura del puro en la Palma

Con esta historia del puro habano en la Palma es lógico pensar que se creó una cultura del tabaco en la isla. Varias familias se dedicaban a su cultivo y los procesos artesanales para elaborar los puros palmeros. Hombres y mujeres encontraron su ocupación en las fincas tabaqueras, se crearon chinchales (pequeños puntos de elaboración y venta de tabaco puro), se extendió la cultura del corte y la recolección de las hojas así como el saber hacer de las mezclas y la elaboración de los mejores habanos, que solo tenían los mejores maestros artesanos.

Los mejores puros que he probado son los puros de la Palma

Winston Churchill

Hacia 1970 toda la industria tabaquera ya estaba aniquilada en la Palma. La «plaga» del moho azul terminó con los años pletóricos de los puros palmeros. Desde entonces se fue recuperando de forma muy lenta y paulatina. La cultura del agua, el boom platanero y los primeros turistas comenzaron a tirar de la economía de la isla.

Los puros palmeros en la actualidad

Como ocurre en toda labor artesanal, esta cultura del tabaco en la Palma fue pasando entre generaciones, se mantuvieron algunas plantaciones, chinchales y pequeñas fábricas de puro palmero.

En la actualidad encontraremos algunos chinchales repartidos por la isla, varias plantaciones de tabaco en la Breña, una fábrica de puros palmeros, algunas pequeñas empresas familiares y artesanales e incluso podremos visitar el Museo del Puro, que también se encuentra en la Breña.

El cultivo del tabaco se reduce a unas pequeñas plantaciones situadas en la Breña pero la realidad es que se cuida hasta el más mínimo detalle; desde el cultivo, cien por cien natural, hasta la elaboración de las mezclas, conseguidas con tabaco importado de Cuba, República Dominicana y Nicaragua. El mimo, la escasa producción y la extrema calidad de estos puros palmeros los sitúan en como un producto premium que, para muchos expertos, resulta ser el mejor puro del mundo en la actualidad.

Si te ha gustado saber más sobre los puros palmeros y te interesa conocer todo el proceso que conlleva su elaboración en la isla, te invitamos a ver este video en Youtube: 👉 El Cultivo de Tabaco en la Palma.

Seda de la Palma

Lo cierto es que a día de hoy podemos hablar, con mucho orgullo, de una verdadera cultura de la seda en la Palma. Lo que antaño fueron 3000 telares y más de 60 industrias en la isla, hoy se ha reducido a unas cuantas artesanas que mantienen estas labores y ejecutan telares, piezas para trajes típicos, productos para la venta e incluso tejidos en seda para diseñadores y diseñadoras de talla mundial.

La seda de la Palma es conocida y elogiada en toda Europa. Una industria, que movió gran parte de la economía entre los siglos XVI y XVIII, extinta en Europa y que se sigue desarrollando en la isla de la Palma de forma totalmente artesanal, pasando por todos los procesos de antaño e hilada con telares de madera de pino canario, que hoy cumplen casi 200 años.

La historia de la seda en la Palma

Nos trasladamos a la época de la conquista de la isla, a finales del siglo XV. Tras ello vinieron unos años de adaptación y expansión de la economía interna de la isla. Los conquistadores se repartieron las tierras en haciendas y grandes cultivos de caña de azúcar, se iniciaron las primeras ciudades y la isla se empezó a poblar mucho más.

Cien años después, durante el siglo XVI, la isla de la Palma estaba más poblada, desarrollada y llena de los cultivos de caña de azúcar que fueron base de la economía palmera por aquel entonces.

Los pobladores no eran únicamente castellanos, al igual que no todo fueron cultivos de cañaveral. Flamencos, franceses e italianos, buenos socios de la gente de la Corte, artesanos y comerciantes también repoblaban la isla.

Recordemos que durante el siglo XVI la Corona Española tenía un gran imperio que abarcaba Flandes, Brabante, varios territorios del sur de Italia, el Rosellón en Francia y otros territorios europeos.

Historia de España

Los flamencos y los artesanos de Brabante conocían bien las artes de la seda, importadas de China, así como sus señoriales prestaciones y la gran calidad de los tejidos de este material. Además descubrieron que el clima de las islas no solo era perfecto para la caña de azúcar sino que las moreras crecían de forma exuberante y se adaptaban a la perfección a estas tierras volcánicas.

La situación fue ideal para desarrollar una potente industria de la seda en la isla. Telares y tejidos de este preciado material eran elaborados en la Palma y exportados por los comerciantes a los puertos europeos y del nuevo mundo.

La caña de azúcar y la seda movían gran parte de la economía palmera y todo el potencial exportador por aquel entonces. Se estaba forjando la gran importancia del puerto de Santa Cruz de la Palma. La isla llegó a contar con 60 industrias y más de 3000 telares repartidos por su territorio.

Pero a finales del siglo XVIII y principios del XIX los cambios en la moda de la época, las crisis españolas tras perder algunos territorios, las guerras napoleónicas y los nuevos sistemas de producción hicieron caer en crisis al sector de la seda en toda Europa. China y Japón serían los nuevos centros emisores de seda, algunos años después, gracias a la construcción del canal de Suez.

Otros sectores comenzaron a tirar de la economía palmera; también con un considerable potencial exportador. Hablamos del cultivo de la vid y la calidad de sus vinos, la producción de cochinilla y su oro rojo o el inicio de otros cultivos como el café y el tabaco. Que fueron los productos más reseñables de la isla previos al boom del plátano de Canarias.

La cultura de la seda en la Palma

A pesar de la crisis de la seda en Europa el carácter rural, siempre unido a su tierra y a las tradiciones, hizo que muchas familias palmeras continuasen produciendo sus capullos de seda, manteniendo correctamente las moreras y realizando cada uno de las 14 tareas manuales que deben hacerse para conseguir cada hilo de esta seda natural.

Estas labores, tan antiguas como complejas, se han mantenido hasta nuestros días y lo mejor es que todo se sigue haciendo de la misma manera. No hay ningún proceso mecanizado aplicado en la seda de la Palma.

Aquí sigue haciendo falta un día entero para tejer, a lo sumo, medio metro de tela.

Artesana hilandera.

Por todo ello podemos hablar de una verdadera cultura de la seda en la Palma. Concretamente en el municipio del Paso existen varias familias que siguen cuidando sus moreras y consiguiendo excelentes capullos de seda para así poder mantener la producción. Además se sigue traspasando esta sabiduría de padres a hijos y se organizan talleres de artesanía para que no se pierda esta tremenda labor.

  • 14 procesos manuales para obtener cada hilo.
  • De cada capullo de seda suele salir un kilómetro de esta fibra, aunque sólo se pueden aprovechar entre 700 y 800 metros.
  • Cada hilo debe ir compuesto de un mínimo de veinte fibras.
  • La coloración también es cien por cien artesana y natural, a base de cáscaras de almendras, pieles de cebolla, el carmín de la cochinilla…
  • Casi dos meses de trabajo para colocar la urdimbre y montar los hilos en telar.
  • Medio metro de tela es lo máximo que puede tejer, una persona experimentada, en un día de trabajo.

La enorme labor artesana que podremos conocer de primera mano gracias a las Hilanderas del Paso, precisamente en el Museo de la Seda.

Las hilanderas del Paso

Toda la historia y cultura de la seda en la Palma continúa vigente en nuestros días, gracias a los artesanos y artesanas de la isla. La Palma goza de una gran tradición artesana que pasa por la alfarería, los puros habanos, la marroquinería, el vidrio soplado, los tejidos, la cestería, la repostería tradicional y por supuesto la seda.

Aunque tradicionalmente las labores de la seda estaban mayoritariamente en manos de los hombres, a día de hoy son exclusivamente mujeres las que conservan, difunden y promueven esta cultura de la seda en la isla.

El municipio del Paso fue tradicionalmente el más sedero de toda la isla y por ello en la actualidad, las hilanderas se agrupan en un museo, que también es taller y que ya nombramos anteriormente: El Museo de la Seda o «Taller de las Hilanderas del Paso». El lugar perfecto si nos queremos al día de todo lo que supuso el sector de la seda para la isla, donde nos explicarán al detalle todo el proceso de elaboración de la seda, sus colores y los diferentes tipos de tejido.

Gracias a las hilanderas y su labor promotora en la actualidad podrás observar y comprender sus trabajos. Lo encontraremos abierto de lunes a viernes, entre las 10:00 y las 14:00 y el coste de la entrada es de tan solo 3 euros.

La Cochinilla en la Palma

Muchas personas desconocen este peculiar cultivo, cuyo nombre les resulta hasta «raro». Pero si queremos conocer a fondo la Palma, su cultura, su paisaje y su historia no podemos dejar de mencionar a la cochinilla. ¡Verás el porqué!

¿Qué es la cochinilla?

Muestra la cochinilla en una penca de tunera en la Palma

Se trata de un insecto de pequeño y mediano tamaño, entre los 2 y los 6 milímetros, con forma ovalada y almohadillada y característico por su color blanco. Si nos acercamos a algunas tuneras por cualquiera de las islas, seguro que las podrás ver. Es un insecto que suele estar bastante inmóvil y de hecho hay quien cree que es alguna enfermedad de la planta, algo así como un hongo o simple moho.

Pero nada más lejos de la realidad. Se trata de un simpático insecto que vive en las tuneras, absorbiendo la energía que necesita a través de su pequeña trompa.

Pero… ¿se come? ¿Por qué se cultiva?

Si no has escuchado nunca hablar sobre esto quizás te hagas estas preguntas. Totalmente normal. La cochinilla se cuida, se reproduce y se recolecta de las pencas de las tuneras por un único motivo: el tinte rojo que contienen en sus diminutos cuerpos.

¿Te has preguntado alguna vez de dónde sale el carmín?

Efectivamente, estamos hablando del carmín. Conocido por todo el mundo y empleado en productos de cosmética, maquillaje, tintes para la ropa y también para alimentos y bebidas. Ese color rojizo, cien por cien natural, se extrae de la cochinilla.

Y aunque ahora se produce en menor escala, Canarias sigue siendo importante en cuanto a esta producción y de hecho, como ocurre con el plátano, es aquí donde tenemos la única denominación de origen de la cochinilla en toda la Unión Europea.

De modo que sí, aunque no se coma directamente, seguro que has consumido el producto que estamos tratando en esta entrada, ya sea en ropa, bebidas o en algún producto de cosmética.

Historia de la cochinilla en la Palma

Muestra una tunera y sus frutos

Nos trasladamos a principios y mediados del siglo XIX en la isla, concretamente en la zona del Valle de Aridane. Son varios los escritos e investigaciones históricas los que sitúan la zona de Argual como uno de los lugares en los que más intensamente se trabajaba la cochinilla en todas las islas Canarias.

Al principio se encontraban tuneras por todos los linderos y muchos barrancos de la zona, pero ya entrando en mediados de siglo, se comenta que gran parte de los mejores terrenos, tanto de secano como de regadío, estaban plagados de pencas de tuneras, donde la cochinilla desplazó en su práctica totalidad a la clara hegemonía que tenían por aquel entonces, los cañaverales de azúcar.

Así pues, la economía de la isla se volvió a ver favorecida una vez más, por la tierra y el sector primario. La cochinilla fue un tremendo pasaje entre los cultivos de la caña de azúcar y el éxito de la vid y el posterior inicio del boom platanero.

Nuevamente el poder comercial y exportador de la Palma se hizo vigente en todo el Atlántico, valorado en gran parte por los ingleses y franceses, coincidiendo además con la importancia del desarrollo de la industria textil en toda Europa durante todo lo que restaba de siglo.

La Cultura de la Cochinilla en la Palma

La producción de cochinilla, su gran extensión y auge durante la segunda mitad del siglo XIX, la economía y exportaciones que generó, sumado a la importancia que tuvo para las personas más humildes de la época, dejaron una huella imborrable en la historia de la isla.

Es por ello, que realmente hoy podemos hablar de que se generó una auténtica cultura de la cochinilla. La narración de muchos episodios históricos de la isla, así como el saber popular de los más mayores en la Palma, nos hacen saber que gracias al auge de esta nueva economía del carmín muchísimas personas pudieron conseguir un empleo.

Se sabe que además fue una gran ocupación para las mujeres y los niños de la isla. Recoger la cochinilla, secarla y reproducirla para las siguientes cosechas eran labores delicadas y minuciosas. Tareas que solían realizar las mujeres y los niños de las familias más humildes. Se narra que los hombres se encargaban del ensacado, la carga y el posterior transporte que salía de la isla prácticamente en su totalidad, desde el puerto de Tazacorte, junto con las cargas de almendras.

Esta nueva economía fue muy querida por la gente de la Palma. Además del incremento de la empleabilidad, supuso una mejora en los salarios de las mujeres y una auténtica salvación en las épocas de sequía, que hacían mermar las producciones de cereal, hortalizas y frutales.

El proceso de cultivo y las labores requeridas por la cochinilla

La cochinilla comienza en estado larvario en alguna penca de la planta, se hace adulta y se reproduce llegando a cubrir varias pencas de la tunera (algunas de ellas, en gran cantidad). Hay que ser muy cuidadosos con la selección y la recogida de cochinilla; por ello se recorre penca a penca y tunera tras tunera, con una cuchara metálica y de forma manual se van agregando a un recipiente una tras otra.

Posteriormente hay que limpiarlas bien y colocarlas en otro lugar para que se sequen. Así mismo, hay una parte que se desecha y hay que devolver algunas a las tuneras para la siguiente producción. Se pueden obtener tres o cuatro cosechas al año.

Finalmente hay que ensacarlas para su venta.

Pero si deseas conocerlo a fondo, seguro que te sirve este video sobre 👉 el cultivo de la cochinilla 👈 en Youtube.

La Amenaza de la Cochinilla Mexicana

No debemos confundir la cochinilla tradicional, de la que venimos hablando en esta entrada, con la cochinilla mexicana, considerada una auténtica plaga en la actualidad y que, por cierto, también entró al archipiélago por la isla de la Palma.

Se trata del mismo tipo de insecto, pero de una familia diferente. La cochinilla del carmín convive con la tunera en sus pencas. Es la hembra la que se alimenta de ellas pero deja la planta sana. En cambio esta plaga de cochinilla mexicana acaba secando todas las tuneras. Hasta tal punto que se planteó la posible extinción de este archiconocido cactus en el archipiélago.

Las tuneras

Por aquí siempre se las ha conocido como tuneras pero para muchas personas es «el típico cactus de Canarias» y que también se encuentra en muchos lugares del sur peninsular y otras partes del mundo.

Se trata efectivamente de una planta de la familia de las cactáceas que podemos encontrar por múltiples lugares de las Canarias de forma silvestre. También ocupa multitud de jardines, zonas públicas decoradas y, sobre todo en las islas de Lanzarote y Gran Canaria, en auténticos campos de cultivo de cochinilla.

Pero no estamos ante un mero cactus decorativo con el que debemos tener cuidado de no pincharnos. Se trata de una planta de gran riqueza y aprovechamiento. No solo sirve de soporte para las cochinillas.

El producto de las tuneras

Las propias pencas de la tunera sirven como vegetal de consumo humano. Las fibras que se pueden extraer de la planta sirven para la fabricación de polímeros y otros productos industriales. Las flores se pueden emplear para infusionar y prevenir o mejorar algunas afecciones renales e infecciones de orina.

El fruto de las tuneras es realmente bueno, natural y silvestre: lo conocemos como «tuno», «higo chumbo» o «higo de pala» y es realmente sabroso, dulce y jugoso para tomarlo como postre o aperitivo. En verano, recién salido de la nevera, resulta un auténtico manjar. Pero ojo con las manos… ¡pincha!

Además sus semillas sirven para fabricar aceites esenciales, empleados en cosmética.

Una planta de la que todo se puede llegar a emplear, que no requiere excesivos cuidados ni es muy dependiente del agua, soportando climas áridos, calurosos y largas temporadas de sequía y que además, se reproduce de forma sencilla y poco exigente. Su único enemigo real a día de hoy es la temida plaga de cochinilla mexicana, contra la que no existe producto fitosanitario aprobado y contra la que poco se puede hacer, excepto la vigilancia y el control manual de la plaga.

Ron de la Palma

Probablemente lo desconocías, pero en la isla de la Palma se elabora un ron de excelentísima calidad. Ron reconocido por los más amantes de esta bebida y que se viene destilando en la Palma desde el año 1936.

Si te gusta esta bebida milenaria y tan codiciada por los piratas… en la Palma estás en el lugar correcto. ¡Mira, mira!

La Historia del Ron de la Palma

Nos trasladamos directamente al siglo XVI, prácticamente tras la conquista de la Palma por parte de las tropas castellanas. Tras el reparto de tierras y haciendas, el aumento de la población y la importación de semillas, animales y cultivos, había que pagar el desarrollo de las primeras ciudades y poblaciones de la isla.

Previo a la tremenda expansión del vino, la cochinilla y muchísimo antes del boom platanero, lo que tiró con fuerza de la economía de la isla fueron los extensos cultivos de la caña de azúcar. Unos cultivos que ya se estaban explotando en Andalucía, de donde se importó esta fuerza económica para la isla.

Muchas personas creen que el ron y la cultura de la caña de azúcar proviene de las américas, y en especial, de los territorios del Mar Caribe.

Pero la verdad es que, tanto lo primero como lo segundo, fue llevado al «Nuevo Mundo» por españoles y portugueses. Lo cierto es que la isla de la Palma fue una gran proveedora de la caña de azúcar y también de su néctar.

Surgía por aquel entonces el poder comercial de la Palma en los mares, las conexiones atlánticas y el paso de embarcaciones de distinta bandera, por lo que iba a ser el mayor y primer Puerto de Indias de la Corona. Los principales comerciantes de la época movían la economía internacional pasando por la Palma y con ello… se movía también la economía de la isla.

La caña de azúcar fue clave para la Palma durante más de un siglo y hablar de la caña de azúcar, es hablar de ron. El perfecto clima de la Palma, la brisa permanente del Atlántico, el verdor y la humedad de sus montañas junto con la calidad extrema de sus aguas, permitía la obtención de las cañas perfectas, cortadas minuciosamente y procesadas por auténticos maestros que extraían su néctar.

El proceso de fermentación del azúcar y sus melazas daban como resultado un alcohol que, como ya sabemos, volvía locos a los piratas. El ron.

La importancia de la caña de azúcar sucumbió al auge de las viñas, en pro de la economía de la isla y de sus tremendos vinos. Vinos que también fueron elogiados por toda Europa, desde Inglaterra hasta Amberes y exportados también al continente americano.

El codiciado Ron de la Palma

Si nos referimos a Francois Le Clerc y a Francis Drake quizás no sepamos de quién estamos hablando. Pero si hablamos de un temido corsario francés, natural de Normandía y de un conocido pirata inglés, que traficaba con esclavos por todos los mares conocidos…

Hablamos del famoso Pata de Palo y del temido Pirata de la Reina. Ambos piratas y otros temidos corsarios surcaban los mares de la Palma con bastante asiduidad. Durante los siglos XVI y XVII tiene la Palma buena historia de piratas, ataques, robos y momentos de destrucción y reconstrucción.

Los corsarios atacaron la isla en busca de sus tesoros y no en pocas ocasiones. Una isla pequeña, principal Puerto de Indias, con gran volumen comercial y punto central en la logística del Atlántico por aquel entonces, era un jugoso caramelo para piratas y bandoleros. Y entre esos tesoros estaba también el ron.

¿Hay alguna otra bebida que prefiera un pirata?

Como bien narra la literatura y también se ha plasmado en el cine en multitud de ocasiones, los piratas venían a buscar las manufacturas que se exportaban, los víveres que se tenían, la plata y el oro que venía de las américas y… también el ron, el buen ron de la Palma.

La Cultura del ron en la isla

Con esta historia es natural que persista en la Palma esa cultura del ron. A pesar de la expansión del cultivo de viñas y del posterior boom del plátano de Canarias, se sigue cultivando la caña de azúcar en algunas zonas del noreste insular.

Se siguen empleando los métodos tradicionales de los principales maestros roneros de la época, pero con la experiencia y sabiduría acumuladas hasta la actualidad. Tal es así que la isla de la Palma sigue elaborando un ron de excelente calidad, sabor y aroma. El ron Aldea.

¿Dónde se encuentra la caña de azúcar?

En la Palma actualmente existen unas 5 hectáreas de este cultivo. Podrás localizarlos en Barlovento, Puntallana, los Sauces y también en Tijarafe.

Casi toda la producción se dedica a la mencionada destilería, que también podrás visitar en los Sauces. Además, en algunos mercadillos tradicionales podrás probar el guarapo, de primera calidad y cien por cien natural, extraído de estos mismos cultivos de caña.

¿Cómo se elabora el ron en la Palma?

El ron se elabora con las mismas técnicas tradicionales, al igual que se producen los mejores rones del mundo y mediante su descanso en barricas de roble. ¡Vamos a verlo!

El corte y el molido de las cañas

La primera labor siempre es cortar las cañas de azúcar. En la Palma se mantiene la tradición y todo se lleva a cabo de forma minuciosa, completamente a mano. Es un duro proceso, sin mecanizar, en el que trabajan las gentes de la zona aprovechando la técnica y la sabiduría que pasa de padres a hijos.

Las cañas recién cortadas van directas a moler. Así mantienen su frescor, aroma y calidad. Las cañas ya cortadas y limpias deben ser molidas para extraer el guarapo (jugo de la caña de azúcar), las melazas y los restos inservibles (que llamamos bagazo). Estos subproductos naturales serán aprovechados por la agricultura ecológica de la zona, como abonos y sustratos naturales.

La fermentación y destilación del ron

En la destilería Aldea se fermenta el guarapo directamente, como se hacía antes, sin emplear químicos y únicamente usando levaduras naturales y el control exhaustivo de la temperatura. El guarapo fermenta en poco más de un día, generando sus alcoholes.

Una vez fermentado se pasa al proceso de la destilación del ron. En la destilería de la Palma se sigue usando el alambique original de su fundación: Una de las primeras columnas para destilar que se fabricaron en Europa, en 1893.

Fase de maduración e hidratación

La destilería de la Palma obtiene diferentes rones, en función de sus mezclas y el tiempo de maduración en sus barricas. El ron se madura en diversas barricas de madera de roble, de diferentes procedencias, donde los maestros roneros realizan sus mezclas y llevan a cabo los pertinentes controles.

Cuando el ron ha alcanzado el punto de maduración deseado influyendo en los diferentes aromas, el color y su sabor, llega la fase de hidratación y posterior embotellado. El ron se mezcla con agua para rebajarlo de graduación alcohólica al punto deseado. El la Palma se hidrata con el agua de los famosos nacientes de Marcos y Cordero. La mejor agua de toda Canarias.

Nada tiene que envidiar a los rones del Caribe

Como seguramente ya sabrás, los mejores y más afamados rones vienen de los países caribeños. Algo muy lógico, si pensamos que es la mejor zona donde se da la caña de azúcar. Las condiciones del Caribe son óptimas para estos grandes cultivos de cañaveral y las empresas más importantes del mundo producen allá su ron.

Las islas Canarias estuvieron antes, en el tiempo, produciendo azúcar y ron de sus cultivos de cañaveral. Destacó especialmente en la isla de Gran Canaria, con las primeras cañas traídas de las costas andaluzas. Pero debemos saber que este cultivo, su azúcar y su guarapo fue traído de oriente medio (India), por medio de los árabes.

En cualquier caso, las islas Canarias siguen gozando de esa «hermandad» y esta cercanía con el Caribe. Una muestra más de ello es que el ron es una bebida típica en todo el archipiélago y es de los aguardientes más solicitados a la hora de tomarse una copa.

No confundir con el ron miel

Por algún extraño motivo, nos hemos topado con este error en alguna ocasión. Algunas personas creen que el ron miel, se elabora con miel de palma. Éste hecho les ha llevado a creer que el ron de la Palma es el típico ron miel de Canarias. ¡Nada más lejos de la realidad!

El ron de la Palma es ron. Ron elaborado en la isla de la Palma; cuya historia y cultura hemos descrito hasta ahora.

El ron miel es otro tipo de ron, típico de las islas Canarias y donde en casi todos los restaurantes debes tomar un chupito tras el café. Pero el ron miel no tiene nada que ver con la Palma, salvo que también se consume, como en todo el archipiélago y tampoco tiene nada que ver con la miel de palma.

Elaboración del ron miel

El ron miel se elabora partiendo del ron, como parece lógico pensar. Es decir, de un destilado que proviene de la caña de azúcar y sus melazas (se le pueden añadir más hierbas). Pero en el último proceso, además de hidratarlo con mayor cantidad de agua se le añade entre un 2% y un 5% de miel de abeja.

Puede ser algo más claro o más oscuro, dependiendo de la coloración de la miel, lógicamente mucho más dulce y con menor graduación alcohólica que el ron. Está muy rico y no debes irte de las Canarias sin probarlo.

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Gofio

Seguro que conoces el gofio si ya has estado en su lugar por excelencia, ¡en las islas Canarias!

Pero si no lo conoces o te interesa saber algo más sobre el gofio y todo lo que lo rodea, estás en el sitio adecuado. La Palma presume de tener una arraigada cultura del gofio y además, también es uno de mejores lugares para probarlo ya que todos los canarios que han probado el escaldón palmero… suelen decir que es el mejor que han comido nunca.

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¿Qué es el gofio?

Si desconocías lo que es, se trata de un polvo que sacó del hambre a muchísimas familias canarias durante la posguerra y también durante muchos años antes, cuando la economía de las islas no estaba tan desarrollada. En la Palma, ya en la época de los benahoaritas, se empleaban este rico alimento bajo otra versión que también daremos a conocer.

Fue la base alimenticia de muchísimas familias campesinas en la Palma. Muy nutritivo, muy rico en fibra, vitaminas y minerales. Además, el gofio tiene la particularidad de llenar bien el estómago para no tener hambre pero al mismo tiempo se digiere muy bien.

Se trata de un polvo y de hecho es una harina; pero una harina muy particular ya que se elabora de forma diferente a la harina que todos conocemos. ¡Vamos a verlo!

Qué es realmente el gofio canario

Para elaborar el gofio necesitamos partir de los cereales, concreta y tradicionalmente se emplean el millo (o maíz) y el trigo. Pero en la actualidad existen gofios mucho más ricos a nivel nutritivo, compuestos de varios cereales e incluso de alguna legumbre como las lentejas.

Veamos cuáles son las particularidades que lo destacan del resto de «harinas»:

  • En primer lugar se emplean los granos con su piel. Es decir, estamos ante una harina totalmente integral porque la cáscara es también molida junto al grano.
  • En segundo lugar, los granos de cereal se tuestan antes de ser molidos. Es decir, el polvo que se obtiene tras moler los cereales ya está «cocinado». Es lo que diferencia al gofio canario del resto de harinas con base cereal.

En la actualidad, encontramos gofios de hasta 5 e incluso 8 cereales. Pero el gofio tradicional se basa en el trigo, el millo o una mezcla de ambos. Según su composición será más blanquecino, más amarillento o incluso tirando al marroncito más oscuro; pero jamás es tan blanco como la harina, ya que es integral y el grano previamente fue tostado antes de convertirse en polvo.

Disponemos entonces de una «harina» que ya está previamente cocinada. Es por ello que podremos comer el gofio simplemente a cucharadas, escaldado en el alguna sopa, espesando la leche, realizando un guiso o engrosando su salsa, en algún postre o directamente amasado con agua. No nos será indigesto como si lo hiciésemos con otro tipo de harina.

👉 Aquí puedes ver las diferentes formas de comerlo

La Cultura del Gofio en la Palma

Cuántas personas desayunan leche con gofio en la Palma. Cuántos abuelitos cenan su plato de leche caliente con gofio casi a diario. Estamos ante un alimento muy rico en nutrientes, que da energía de calidad y que gusta mucho a niños y mayores. Sin lugar a dudas es una buena forma de empezar el día.

Un alimento igual de famoso en todo el archipiélago canario e igual de querido y usado. Pero cabe señalar que la Palma es una isla menor, cuyo desarrollo económico comenzó más tarde y que siempre ha sido una isla especialmente rural y cuya economía se ha basado en el sector primario.

Todo ello supuso que el gofio perdurase más tiempo como alimento de base en una mayor parte de la población.

Los abuelitos y abuelitas de la isla nos cuentan que durante varios meses del año se alimentaban de gofio para el desayuno, gofio para el almuerzo y gofio para la cena. Muchos campesinos nos cuentan que era la mejor forma de tener energía y llenar el estómago para continuar con las labores del campo. Otros también nos dicen que, en los años malos, no había otra cosa: «emigrabas a Venezuela o Cuba o te quedabas por acá comiendo gofio».

También nos cuentan cómo cada familia iba determinado día de la semana a moler su grano tostado al molino. No todo el mundo tenía su molino, como podrás imaginar. Podía haber uno o dos molinos para todo el pueblo y la gente incorporó este hecho a su rutina. Había que esperar al viento, acercarse al molino a ver si se movían sus aspas y en ese momento, vecinos y vecinas se juntaban en comuna para autoabastecerse de gofio.

Cosechar todo el cereal, realizar el tueste, esperar el funcionamiento del molino y obtener un gofio de la mejor calidad, ecológico al 100% y con las aguas de antes se convertía en una actividad económica, vecinal y en definitiva social. Los vecinos colaboraban unos con otros, se avisaban de cuándo se podía moler y se organizaban buenas reuniones y conversaciones.

Es a lo que denominamos la cultura del gofio en la Palma y que de hecho podremos palpar en primera instancia si vistamos el Museo del Gofio, en el municipio de Garafía.

El primer gofio. Los auténticos orígenes…

¿Sabías que los benahoritas hacían su propio gofio?

Narra la historia de los primeros pobladores de la isla de la Palma, así como los aborígenes del resto de islas, que ya elaboraban su base de la alimentación a base de lo que podríamos considerar «el Gofio de los awaras».

En este caso, poco tenía que ver con el gofio actual. Los benahoaritas llevaban a cabo su particular «receta». Se trataba de una masa elaborada con una «harina» a base de semillas, habas, granos de trigo, raíces de helecho y de otras plantas comestibles de la isla.

Se cree que secaban las raíces al sol y también tostaban el grano, molían todo y lo machacaban con sus herramientas de piedra o hueso y lo consumían mezclado, en ocasiones, con leche de cabra o caldo. Elaboraban esta masa a la que llamaban ahorén. Es el pasado del gofio que seguimos consumiendo en la actualidad.

Formas de hacer el gofio

Existen diferentes formas de presentar y consumir este alimento que fue la base de alimentación en la Palma así como en todas las islas canarias. Vamos a ver las principales formas en las que se consume el gofio en la actualidad.

Gofio con leche

Se trata de añadir dos o tres cucharadas de gofio a un vaso o tazón de leche caliente. Mucha gente lo emplea en los desayunos y también en las cenas. Con algo de azúcar lo suelen tomar los niños y/o acompañado de cacao. Mucha gente le añade pasas y algún fruto seco y se consume como una «sopa de leche».

Incluso las personas deportistas lo añaden a sus batidos de proteínas como un complemento adicional, dado el gran aporte de hidratos de carbono y fibra. Ideal para suplementar una dieta saludable. Además, como ya mencionamos anteriormente se digiere muy bien y es un alimento que quita bastante la sensación de hambre.

Gofio amasado

En este caso se trata de mezclar el gofio con agua y un toque de aceite de oliva virgen. El resultado es una pequeña pelota o «croqueta» para consumirlo directamente. Es la forma de sentir el verdadero sabor del gofio. Notamos el olor y el sabor de esos cereales tostados.

No es la versión que le encante a todo el mundo. Pero hemos de saber que es su forma más básica y de hecho es la forma de comerlo que tenían antaño, cuando por cuestiones económicas no había mucho más que añadir…

Escacho

Es una evolución del gofio amasado. En este caso mezclamos la masa, a partir de agua y gofio, con pequeños trozos de cebolla picada, pimiento verde y/o rojo, taquitos de queso blanco, especiamos con lo que más nos guste y lo aderezamos con un rico mojo verde.

Amasamos todo el conjunto hasta que quede una textura consistente y presentamos en forma de barra. Cortamos en rodajas y acompañamos con más mojo. Ésta versión más completa del gofio amasado está realmente buena y la verdad es que ¡llena un montón!

Escacho dulce

La modalidad dulce del escacho. Partimos de la misma masa de gofio y agua pero en este caso la vamos a acompañar de algún fruto seco como las nueces, los pistachos, las avellanas… (lo que más nos guste o una combinación de varios).

Añadiremos pasas, plátano maduro bien machacado e integrado en la masa y aderezamos con miel. Lo haremos en pequeñas bolas o también formando una gran barra, que después cortaremos en rodajas. Pasaremos por gofio seco, a modo de «pequeña camisa» para que no resulte pringoso al cogerlo.

Ésta versión es deliciosa y al mismo tiempo una bomba calórica. Por lo que es ideal para niños y personas deportistas. El aporte calórico es tan alto como su valor nutritivo. Serán muchas calorías pero muy sanas y el sabor es ¡realmente bueno!

Chicharrones

Conocidos con el mismo nombre en muchos lugares de España, en otros se les conoce como torreznos. En cualquier caso, se trata de una parte grasa del cerdo (panceta cortada en trozos bastante gruesos).

Chicharrones que deben cubrir con gofio.

La particularidad es que aquí llevan un rebozado en gofio y la verdad que les da un toque muy sabroso, al mismo tiempo que nos resultan menos grasos en boca.

Escaldón de gofio

La textura de una papilla espesa o de un puré, ideal para consumir como primer plato. Se trata de la forma mayoritaria en la que se consume el gofio en la actualidad. Es la versión que más podremos ver en los bares y restaurantes de todas las islas y en los guachinches de Tenerife. Una forma tradicional, muy sabrosa y nutritiva de comer el gofio.

Concretamente en la Palma se dice que preparan el mejor escaldón de todas las islas. Si pensamos en el carácter rural de la isla, su economía basada en el sector primario y también en el clima de los pueblos de montaña, diferente al de otras islas vecinas, entenderemos que en la Palma riman más los platos de cuchara, calentitos, durante los meses fríos y donde el escaldón de gofio se lleva la palma.

No son pocas las personas que dicen que los mejores escaldones y los mejores mojos se preparan en la Palma y en su vecina la Gomera.

Por algo será…
Muestra un plato de escaldón de gofio de un conocido restaurante en la Palma.

En este caso se escalda el gofio con un buen caldo de pescado o de carne. Se integran en dicho escaldado algunas migas de pescado o un poco de carne mechada (según el caso) y se adereza con cebolla, pimiento y algunas especias para terminar decorándolo con queso blanco y algo de mojo verde por encima. ¡Todo un manjar en la Palma!

Encontrarás su versión pescado en algún lugar o zona de costa y su versión carne en las poblaciones de interior y pueblos de montaña. Créeme, en la Palma está especialmente bueno.

Postre de gofio

No es fácil encontrarlo en cualquier sitio pero la realidad es que se trata de un postre muy rico y diferente. Realmente se trata de una sencilla mousse de gofio, dulce y con su «toque salado» al mismo tiempo. Un postre muy cremoso, para nada indigesto, es ligero en el estómago y muy especial en boca con el inconfundible olor al tueste del gofio.

Mostrar el ejemplo de una mousse de gofio en la Palma, acompañada con chocolate rayado.

Además, el hecho de ser un ingrediente de base, su versatilidad y el ingenio de cada persona en la cocina, ha permitido que hoy podamos encontrarlo en galletas, bizcochos, muffins, crepes, pancakes…

Si todavía no te han entrado las ganas de comer, échale un ojo a nuestra guía sobre 👉 Qué Comer en la Palma 👈

La Cultura del vino

Existe una denominación de origen llamada Vinos de la Palma y la verdad es que no es para menos. A pesar de su orografía y su pequeño tamaño, no son pocas las variedades y los sabores diferentes que la isla aporta a la cultura del vino.

Los vinos de la Palma fueron muy afamados y queridos en toda Europa durante tres siglos. El vino tiró de la economía de la isla durante este largo periodo y se puede decir que pagó, en buena parte, el desarrollo de ciudades, talleres y astilleros.

La isla le debe buena parte de su prosperidad a su propia tierra, siempre fértil y productiva, en la memoria de gobernantes, miembros de la corte y los principales comerciantes europeos y de las américas. El vino, sin lugar a dudas, fue uno de los principales protagonistas si hablamos del desarrollo económico del pasado insular.

Historia del vino de la Palma

Tras la conquista de la Palma por las tropas castellanas la isla quedó repartida en fincas y haciendas para los socios, familiares y miembros de la Corte. Si bien el cultivo de la caña de azúcar se instauró antes, la primera viña en la Palma se sembró en Tazacorte a principios del siglo XVI.

Las primeras cepas en la isla llegaron desde Andalucía y Portugal junto a otras especies, semillas y animales.

Italianos, portugueses y flamencos valoraban los vinos que producía la isla. Sobre todo fueron los ingleses los que mejor supieron apreciar, desde el principio, las cosechas palmeras y buena muestra de ello es que el propio William Shakespeare elogia en su literatura a las producciones de la isla. Posteriormente y hasta que tuvo lugar la Guerra de Cuba, también fueron valorados y exportados estos caldos por todos los países del Caribe.

El cultivo de la viña fue reemplazando al de la caña de azúcar y se empezó a desarrollar por toda la isla. Ya destacaban las zonas de la Breña y Mazo por aquel entonces, así como la punta sur de Fuencaliente. Pero la historia narra que hasta en la Caldera de Taburiente se sembraron viñas, completamente adaptadas y mezcladas con los paisajes de pino canario.

Durante el siglo XIX las enfermedades de la vid como el Mildiu o el Oidio frenaron las producciones de la isla. Comenzaba la merma del máximo apogeo de los caldos palmeros en Europa. En cambio, la temida Filoxera, que arruinó cosechas enteras en el resto de España y toda Europa, no llegó al archipiélago canario.

A pesar de todo, a mediados del siglo XIX las viñas comenzaron a reducirse a pequeños cultivos familiares para el consumo local y de algunos «privilegiados» y muy escasos comerciantes. A finales de siglo y durante todo el XX se expandió el imperio del plátano en la isla, quedando casi todas las viñas reducidas a las zonas de medianía. Los cultivos de costa comenzaron a ser sustituidos por las fincas plataneras. El siguiente «boom» agrícola en la isla de la Palma.

¿Qué hay del vino en la actualidad?

La producción multiplicó por seis a la de nuestra era durante los tres siglos de oro del vino en la isla. Pero no por ello se dejaron de producir buenos caldos. Los cultivos familiares, el arte y la experiencia en las labores vinícolas y el saber hacer tradicional, se unían y se unen con las características de un suelo volcánico, con arcillas y arena, cargado de minerales muy valiosos para la obtención de grandes caldos.

La zona de Mazo y Fuencaliente continúan siendo muy valiosas en lo que a este cultivo se refiere; de hecho, si damos un paseo por estos lugares nos damos cuenta de que multitud de laderas y barrancos muestran el verdor proporcionado por las viñas.

Algunas zonas de Garafía, Tijarafe, la Breña e incluso zonas del Valle como algunos cultivos del Paso y el popular barrio de las Manchas siguen gozando de la tradición y cultura del vino. Cosechas familiares que dan un vino joven de espectacular calidad, bajo los procesos tradicionales y cien por cien naturales.

El carácter propio de los vinos de la Palma

La orografía, el suelo, las variedades empleadas y las técnicas de antaño que se mantienen, otorgan a estos vinos un carácter muy particular que, como es lógico, riman con los caldos de las islas hermanas.

Todas las variedades fueron importadas a las islas pero muchas de ellas fueron arrasadas del continente Europeo por la crisis de la filoxera. Algunas de ellas no volvieron al continente ni tampoco a la península, quedando en Canarias algunas de estas variedades que muchas personas desconocen.

Hablamos de variedades como la malvasía, sabro, bujariego, almuñeco, verdello, albillo, negramoll y la listán.

Variedades conseguidas

La Palma en la actualidad desea invocar esta cultura del vino que la hizo grande y conocida en toda Europa. Existen bodegas muy conocidas en la isla y las podrás encontrar en Mazo, Fuencaliente, Tazacorte y Garafía. Trabajan duro por obtener los mejores caldos que evocan esta época dorada del vino en la Palma.

Listán Blanco

Se trata de un vino blanco con carácter propio de la Palma. En boca es un vino seco, terroso pero con claras notas de frutos cítricos. Incluso nos recuerda a la manzana verde. Ideal para acompañar pescado o unas buenas tapas de queso palmero.

Moscatel

No es el que más se produce en la actualidad. Pero como el resto de caldos obtenidos de la uva moscatel, se trata de un vino dulce sin demasiadas diferencias al resto.

Dulce Malvasía

Estamos ante un vino insignia en la Palma y que recuerda siempre a las Canarias allá donde lo encontremos. Se trata de un vino blanco, de color dorado y muy brillante, con notas frutales naturalmente dulces y con un punto ligero de amargor. Ideal para tapear, tomar sólo o acompañar los exquisitos postres de la Palma.

Clarete

Los claretes o vinos rosados de la palma tienen un frescor especial. Ideales para combinar con arroces o gastronomía picante de las américas. También son buenos para beber en solitario. Con un punto seco pero fresco y alegre en boca, son caldos conseguidos por la fermentación conjunta entre las variedades blancas y tintas. Generalmente se usan listán (blanca y negra) y negramoll, pero se conjugan a la perfección con otras variedades de la zona como: albillo, sabro, bujariego…

Negramoll

Esta variedad suele ser la estrella cuando nos referimos a los vinos tintos de toda Canarias. Su existencia se reduce al archipiélago canario y a otras islas de la Macaronesia como Madeira. También se le denomina mulata, ya que es una uva muy negra, pequeña y ovalada que se caracteriza por necesitar una maduración muy lenta y tardía.

Esta variedad proporciona enormes producciones pero no se aclimata fácilmente a cualquier lugar. Nos brinda unos tintos jóvenes de muy buena calidad, frescos, suaves, con toques especiados y un fuerte aroma a madera y tierra.

Conseguir vino de la Palma

Si estás en la isla podrás visitar varias bodegas y además en todos los supermercados y puntos de venta podrás encontrar los vinos de la isla. Fuera de la isla no es tan sencillo encontrarlos porque la producción, al igual que en el resto de islas, no es mucha. Por ello quizás los precios no te resulten demasiado económicos.

Si tu visita coincide con alguna festividad local, seguro que tienes la ocasión de probar el vino de alguna bodega familiar. Un tinto joven, acompañado de un buen bocadillo de chorizo perro, en medio de una romería es, sin lugar a dudas, la mejor forma de degustar un auténtico vino palmero.

El agua en la Palma

Como en todas las islas del mundo, en la Palma también el agua es un gran protagonista pero en esta ocasión no nos estamos refiriendo al paisaje de sus costas ni a las cristalinas aguas de su litoral 👈. Dejamos de lado el agua salada del inmenso Atlántico y vamos a conocer la cultura del agua en la isla de la Palma que, sin lugar a dudas, gira en torno al agua dulce. La mejor agua de toda Canarias.

Algunos ítems sobre el agua de la Palma

Si estás en la Palma o piensas visitar esta maravilla de la naturaleza ¡debes conocer todo esto!

El río Taburiente. Agua dulce constante en la Palma.

De todo el archipiélago, únicamente las islas de la Gomera y la Palma contienen cauces de agua que podemos considerar ríos, ya que se mantienen durante todo el año. En Canarias llueve muy poco y se suelen alternar años de gran sequía con algún año muy lluvioso.

Pero concretamente en la Palma llueve bastante, al menos, en el norte y el noreste de la isla, dada su peculiar altitud y orografía. Si visitas la Caldera, seguro que apetece remojarte en las aguas del río Taburiente. ¡Suele bajar fresquita!

La Caldera de Taburiente es un embudo que recoge el agua de la Palma.

Los mejores plátanos con la mejor agua del archipiélago.

Nadie os negará que los mejores plátanos se dan en la isla de la Palma. Es la isla donde más importancia tiene la agricultura y de hecho, es en la que mayor importancia relativa tiene el cultivo del plátano.

Por todos es sabido que la calidad de sus tierras volcánicas unida a la amplia disposición de buen agua de riego, libre de desaladoras, pone un punto especial a la agricultura platanera y de hecho a toda la agricultura de la isla en general.

No puedes perderte esta entrada del blog si te gusta el Plátano de Canarias 👈. Aprenderás mucho sobre la cultura del Plátano en la Palma.

El subsuelo de la Palma contiene agua para abastecer 7 veces el consumo propio de la isla.

Es lo que indican algunos estudios llevados a cabo en los últimos años. La Palma es la isla de mayor pluviometría y su elevado grado de humedad en la parte noreste de la isla, filtra y acaba reuniéndose bajo el suelo volcánico y drenante de la isla.

Se generan acuíferos, que no son más que auténticos manantiales subterráneos de un agua pura que traen los alisios, filtrada y micro filtrada por la más auténtica porosidad natural del suelo volcánico de la isla.

Hay un auténtico sistema de acuíferos, manantiales, grietas de agua, galerías subterráneas y pozos que nutren las necesidades de agua de la Palma. Y que según algunos estudios podrían nutrir la isla multiplicada por siete.

Agua del grifo mejor que la mineral embotellada

En la isla de la Palma siempre se ha escuchado esto y de hecho se sigue escuchando. «Es mejor el agua que me cae del grifo que la comprada en el supermercado» y la verdad es que es un agua totalmente transparente, sin aroma alguno y totalmente libre de micropartículas, a pesar de agitarla y mirarla al trasluz. Además tiene ese toque mineral en su sabor, al igual que algunas aguas embotelladas de gran calidad.

Muestra un vaso de agua embotellada.

Los análisis que se publican no muestran lo contrario. De modo que se puede decir que estamos ante una de las mejores aguas de España y sin duda, de todo el archipiélago canario.

Existen muchos vecinos que consumen el agua de la red insular (Agua del Ayuntamiento) y otros muchos disponen además de agua privada (Agua de las galerías), que explicaremos después. El agua del Ayuntamiento garantiza ser una agua examinada, tratada, clorada y controlada por las autoridades a nivel sanitario.

El agua de las galerías también lleva su análisis y control pero no está tratada como la del Ayuntamiento. No obstante, la mayoría de los vecinos de la isla prefieren el agua de galería y de hecho, en las zonas donde no llega la red del Ayuntamiento, es la única que consumen.

El mayor embalse de agua de toda Canarias

La laguna de Barlovento. Se trata de un antiguo cráter volcánico que fue aprovechado para instaurar el embalse de agua más grande de todas las islas Canarias. Siempre es un placer visitarla ya que se encuentra en medio de un entorno natural espectacular. Es una zona impresionante, repleta de pistas y senderos que cruzan buena parte de la naturaleza del norte de la isla.

Sus pistas son ideales para recorrerlas en bicicleta de montaña y disfrutar un montón del entorno. Además tiene una zona de acampada equipada con casitas tipo bungalow, espacios de recreo, braseros para hacer fuego, baños con ducha, zona de camping y para caravanas.

¿Desaladoras en la Palma?

¡Si! ningún palmero de antaño lo hubiera dicho jamás, pero desde la última erupción en la Cumbre Vieja y como una consecuencia más de su amplio destrozo, en la actualidad existen dos grandes desaladoras. Se instalaron en la deshabitada zona de Puerto Naos y fueron necesarias para intentar salvar los cultivos del sur de las coladas del Tajogaite.

Todas las fincas de la zona se quedaron sin suministro de agua de riego al no existir un anillo completo en la red de riego, que rodee la totalidad de la isla. Se instalaron con la pretensión de salvar estas zonas de cultivo y que no mermase la producción de la isla todavía más, a parte de lo que se llevó el volcán.

El agua de la Palma y sus principales galerías.

La Cultura del Agua en la Palma

Hacemos referencia a una época que marcó la diferencia en el transcurso histórico de la isla de la Palma. Estamos sin lugar a dudas, ante uno de los hitos más importantes para la sociedad y la economía de los palmeros de antaño.

El gran paso que supuso tener agua en las casas, incrementar la base agrícola de subsistencia de muchas familias y un gran paso también para las grandes haciendas y fincas de cultivos más extensos de productos de la tierra que incluso eran exportados. Estamos ante el paso estrella para lo que todavía hoy sigue siendo el principal motor de la isla: el cultivo del plátano de Canarias.

Nos trasladamos a los años 40 y 50. Fueron años de trabajo muy duro, con escasos medios materiales y una economía muy básica y poco desarrollada. Las familias ahorraban y dedicaban el poco dinero que se tenía para poder hacer frente a la ejecución de pozos y galerías.

Antes de que surgieran las primeras redes hídricas, la gente de la isla recogía el agua en las fuentes y manantiales que surgían en las paredes de los montes y las zonas altas de la isla. Los municipios de Garafía, Barlovento, los Sauces y la Breña eran los más afortunados. Canalizaban el agua con tubos, de forma directa desde estos pequeños cauces naturales. Había que ir a recoger agua a las fuentes con cubos y calderos.

La proliferación de pozos y el surgimiento de las primeras galerías de minería fue un gran paso en estos municipios de la isla. Realizar estas galerías a base de pico, martillos neumáticos, cartuchos de dinamita y muchas horas de dura mano de obra eran labores durísimas además de peligrosas. No eran pocos los accidentes en estos trabajos en los que muchos murieron. Otros varios enfermaban de los pulmones o fallecían jóvenes a causa de estos trabajos de minería.

En cualquier caso, fue esta iniciativa privada la encargada de desarrollar esta red de aguas, que sigue siendo vital en la actualidad. La zona del Valle de Aridane también se cubrió mediante este sistema privado de galerías con las aguas recogidas en la Caldera de Taburiente.

La extracción, el aprovechamiento, la gestión y el reparto de este agua estaba en manos de dicha iniciativa privada. Surgió así el sistema de reparto en acciones o derechos de agua y que se mantiene en la actualidad. Las personas que podían compraban sus acciones de agua.

Una acción da derecho a «x gramos/minuto» del agua de determinada galería. En la actualidad existen acciones que pueden costar 4.000 euros y otras que pueden costar 80.000 euros (dependiendo de la cantidad de agua que transporte). Se crea un mercado del agua a nivel privado, muy querido por unas personas y odiado por otras.

El sistema de galerías se había desarrollado algunos años antes en el norte de Tenerife y no fueron pocas las personas que vinieron a la Palma para trabajar en sus galerías, además de aportar la sabiduría y la experiencia a los palmeros que comenzaban a desarrollar sus primeras redes de galerías.

Si te interesa saber más sobre esta cultura del agua en la isla de la Palma, te invitamos a ver el siguiente video en el que podrás ponerte al día de la mano de sus principales protagonistas. Los testimonios de aquellos que gestionaron y trabajaron en estos pozos y galerías.

Los Recuerdos del Agua

Las aguas termales en Fuencaliente de la Palma

Tagagitro. Te preguntarás ¿Qué significa? pues así es como denominaban los benahoaritas a la archiconocida Fuente Caliente, de donde le viene el nombre al actual municipio de Fuencaliente.

En esta punta sur de la isla de la Palma, muy cerca de la preciosa playa de Echentive, se encontraba una fuente de aguas curativas que hizo famosa a la isla por toda Europa y buena parte del nuevo continente de las Américas. Las aguas de esta fuente eran transportadas hasta Cuba, la Haya y también hacia Amberes durante finales del siglo XVI y todo el XVII.

El agua de este antiguo «balneario» curaba enfermedades como la psoriasis, el reúma, las artrosis y hacía cicatrizar muy bien cualquier herida en la piel. Personalidades de la época venían a la isla en busca de este poder curativo de la Fuente Caliente.

El conquistador de Argentina, Uruguay y Paraguay; el fundador de la ciudad de Buenos Aires, diversos funcionarios y personalidades de gran importancia en la Corte de Felipe II así como grandes personajes históricos de toda Europa se acercaban a la Palma (San Miguel de la Palma, por aquel entonces) a sanar sus enfermedades.

Tal era el poder curativo de estas aguas, en combinación con el bienestar que proporcionaba su clima y su sol, que directamente se referían a ellas como aguas milagrosas. Debido a su fama y a la realidad curativa de estas aguas, se le dejó de llamar Fuente Caliente y pasó a llamarse Fuente Santa. Y tal fue la afluencia de gente y popularidad de este lugar que durante el siglo XVII ésta zona tuvo la mayor renta per cápita de toda Canarias.

El fin de las aguas termales de la Palma 😢

Otro volcán trajo la desgracia a la Palma. En el año 1677 tuvo lugar la erupción del volcán San Antonio (cuyo centro de los visitantes deberías conocer). Las lavas de este volcán enterraron la Fuente Santa y con ello una gran fuente de economía para la isla.

Las aguas termales y curativas de la Palma quedaron sepultadas hasta el día de hoy. Pero no es poca la literatura que ha seguido recordando este gran momento en la historia de la isla. Las aguas de la Palma y su poder curativo fueron añorados en ambos continentes.

… hasta el día de hoy

Y es hasta el día de hoy porque recientemente se ha encontrado un acceso a estas aguas termales. Gracias a la investigación y las obras iniciadas por Carlos Soler Liceras podemos decir que las aguas termales de la Fuente Santa podrán resurgir de las lavas del volcán San Antonio.

Y es que en la actualidad se está luchando por recuperar esas aguas con poderes curativos, para traer de vuelta al siglo XVII bajo el proyecto de un balneario termal, cien por cien natural, que será único en toda Europa.

Las propiedades únicas de estas aguas en todo el continente europeo:

Temperatura

La fuente de San Blas emana sus aguas a unos 30º y la fuente de San Lorenzo mantiene unas temperaturas superiores que giran en torno a los 44º. Una temperatura que invita a relajarse, disminuye la tensión arterial y es realmente reconfortante en cualquier época del año.

Recordemos que son subterráneas y que brindan la temperatura idónea de cualquier balneario con la diferencia de que se mantienen así de forma natural al 100%.

Aguas Cloruradas

Ambas fuentes poseen una de las ventajas más preciadas cuando buscamos propiedades curativas en el agua. Las aguas de la Fuente Santa son cloruradas sódicas. Lo que implica que tienen unas propiedades perfectas para la cicatrización de la piel y son positivas para la mayor parte de enfermedades dermatológicas. No existen en toda Europa unas aguas termales con semejantes cantidades de cloruro sódico. Ideales también para todas aquellas enfermedades respiratorias crónicas.

Aguas Carbogaseosas

Además de su ventaja termal y las características que aporta el cloruro sódico, que por otro lado hemos de agradecer a los volcanes, tienen la suerte de ser además aguas carbogaseosas. Ésta propiedad les da un deseable poder vasodilatador que sería ideal para tratar arteriopatías obliterantes.

Aguas muy ricas en sales

Finalmente diremos que son aguas muy ricas en sales y diferentes minerales. Por lo que además de todo lo mencionado anteriormente, son aguas ideales para la relajación muscular y que aportan grandes ventajas en la prevención de enfermedades cardiovasculares.

¿Mejores que las aguas de la Toja o Vichy? 😮

Absolutamente. Sin lugar a dudas estamos ante unas aguas únicas en todo el continente europeo. No existen unas aguas que reúnan tantísimas propiedades positivas en el mismo lugar. Ya mencionamos que las aguas de la Fuente Santa eran exportadas en cubas a los principales puertos de las Américas y por toda Europa.

Las gentes de la corte, los funcionarios de los principales reinados y los personajes más ilustres de la nobleza visitaban estas aguas y no otras. Estamos ante el principal balneario del Atlántico en el siglo XVII. Tristemente fue sepultado por un volcán, pero… esas aguas continúan manando donde estaban.

El Plátano de Canarias en la Palma

Muestra una gran piña de plátano de Canarias en la Palma.

Estar en la Palma, sin lugar a dudas, es estar en el auténtico paraíso del plátano de Canarias. Nos hayamos ante el principal motor de la isla desde mediados del siglo XIX, en una isla pequeña, de marcado carácter rural y principalmente agrícola. Además se mantienen las formas de los inicios, donde siguen rigiendo los minifundios.

Los productores (algunos más grandes y otros muchos, más pequeños) están agrupados en cooperativas y empresas de mayor tamaño que seleccionan, agrupan, procesan, almacenan y exportan. El Valle de Aridane aparece ya en escritos históricos como un gran productor de esta fruta del cielo. Hoy sigue siendo un auténtico placer estar tomando algo en Tazacorte mientras cae el sol sobre el Atlántico y tras el simétrico y uniforme verdor de sus plataneras.

La importancia del plátano de Canarias en la Palma

Tras la isla vecina de Tenerife es la Palma la principal productora de este maravilloso fruto que cautiva a todos los españoles y a gran parte de los europeos. Pero si tenemos en cuenta el tamaño de ambas islas es totalmente natural que podamos considerar a la Palma como la estrella en el ámbito platanero. De hecho es la primera en cuanto a importancia relativa se refiere.

El sector platanero es el principal pilar del producto interior de la isla, mueve más de 2000 empleos directos e indirectos y supera los 130 millones de kilos exportados anualmente. Además la orografía de la isla, el tipo de cultivo y sus formas tradicionales, poco mecanizadas, hacen que sea un sector muy intensivo en mano de obra. Con estos datos es lógico pensar que el plátano tiene un potente sello cultural en la isla de la Palma.

En la isla de la Palma existen 5.300 productores de los casi 8.000 que existen en toda Canarias.

El volcán sepultó cerca de 600 hectáreas de este cultivo.

Vayas a donde vayas pasarás por amplias zonas de cultivo platanero. Pasarás con el coche por multitud de fincas tapizadas del característico verdor de las plataneras y por invernaderos blancos en cuyo interior no hay sino grandes y preciosas plantas de este afamado cultivo.

Verás gente fuerte, caminando con esas enormes piñas a la espalda y trepando entre bancales y terrazas para transportar este dulzor internacional. También podrás ver pequeñas camionetas y grandes camiones transportando las piñas y seguro que pasas más de una vez por alguna cooperativa e incluso puedes ver cómo van colgadas las piñas, cómo empaquetan etc. También podrás visitar alguna de las fincas, conocer el cultivo ecológico y aprender los procesos que sigue esta fruta desde su plantación hasta sus sucesivas cosechas.

La cultura del plátano de canarias está impresa en el Valle de Aridane pero en el noreste de la isla también nos deleitamos con la gran cantidad de fincas, terrazas y pequeños bancales que también permanecen forrados de este precioso cultivo: en los Sauces, Puntallana e incluso en los alrededores de la capital, Santa Cruz de la Palma.

Es así. En la Palma… ¡se respira plátano de Canarias!

¿Por qué es tan bueno el plátano de la Palma?

El plátano de Canarias es una de las frutas más queridas por todos los españoles. En todas las encuestas realizadas, durante varios años consecutivos y en la actualidad, es el plátano junto a las naranjas y mandarinas las frutas que aparecen siempre en el podio para los españoles.

¿Qué tiene el Plátano de Canarias?

No existe fruto igual en todo el mundo. Por todos es sabido que nada tiene que ver el sabor, la textura, la suntuosidad y el dulzor de un plátano de Canarias con cualquier otro plátano que podamos llevarnos a la boca. Éstos aspectos ponen siempre en el podio a este tremendo fruto de la tierra y quien prueba un plátano canario ya no quiere saber de otros. Además es un acierto al 100% por la cantidad de vitaminas que contiene, sus ricos y cuantiosos minerales, la energía natural que aporta y la fuente de vitamina B6. Aspectos que lo hacen ideal para todo el mundo pero muy recomendado además en los jóvenes, las embarazadas y deportistas.

Las variedades

Proceden del sudeste asiático pero llevan asentadas en las Canarias desde principios del siglo XV. Como verás son muchísimos años en las islas y estas variedades se aclimataron a la perfección desde sus inicios. Ello hace que el Plátano de Canarias tenga una forma de denominación de origen propia, bajo el sello IGP (Indicación Geográfica Protegida) y que además, es el único plátano del mundo que lo tiene.

El clima subtropical

Las islas Canarias cuentan con un clima espectacular que al cultivo platanero le sienta como anillo al dedo. Adentradas en el Atlántico, un clima suave y prácticamente constante durante todo el año, el mayor número de horas de sol de toda Europa, las lluvias esporádicas que generan los alisios… Son los ingredientes perfectos para este tipo de cultivo, a excepción del viento; motivo por el cual, en muchas zonas verás las plataneras protegidas con altas paredes de piedra y/o plásticos blancos. Cuando azota fuerte el alisio es capaz de tumbar las plataneras al suelo, ya que son plantas de poco agarre, raíz débil y en poca cuantía.

La tierra volcánica

El sabor, la dulzura diferenciada y el característico aroma del plátano de Canarias no son una casualidad, ni forman parte de las primeras variedades traídas del sudeste asiático ni del particular clima de Canarias. La clave está en la tierra volcánica de estas islas. Nuestra tierra volcánica es especial, muy rica en los minerales que mejor le sientan al plátano. Ésta mineralización especial es la que aporta el sabor, la textura y los aromas que tiene un plátano canario.

Otras variedades de plátanos y bananas no gozan de tanta dulzura, apenas tienen aroma y apreciamos esa textura arenosa o pastosa. Carecen de la jugosidad, el dulzor y el aroma del plátano de Canarias y el ingrediente secreto está precisamente en la tierra que en su día emanó y emana de los volcanes.

Y el plátano de la Palma, en particular…

En la isla de la Palma y concretamente en todas las zonas plataneras del Valle de Aridane de Tazacorte, los Llanos, la Bombilla, Puerto Naos y el Remo las fincas están asentadas sobre antiguas coladas de lava volcánica, donde se trajo tierra de una excelente calidad.

Tierra volcánica de los terrenos más elevados de la isla. La calidad extrema de estas tierras junto al aporte mineral y filtrante de las nuevas lavas conforman un soporte idóneo para el cultivo de los plátanos en la Palma.

Además la isla de la Palma cuenta con las mejores aguas de toda Canarias. Su posición más adentrada en el Atlántico, su situación más occidental y su imponente orografía hacen que sea una de las islas con más agua de todo el archipiélago.

Agua dulce, que proviene de uno de los cielos más limpios del mundo, que recoge su frondosa vegetación, filtra su roca volcánica y que administra la impetuosa Caldera de Taburiente. Es otra cultura reseñable en la isla de la Palma, la cultura del agua 👈

La Palma es también la isla del agua. Toda el agua de lluvia y la humedad robada a los alisios por su intensa vegetación filtra a los subsuelos de la Palma. Encontramos auténticos manantiales naturales bajo el suelo de la isla y que los palmeros de antaño ya supieron aprovechar. La isla está llena de acuíferos y galerías subterráneas donde se recoge y reparte el agua.

Un agua muy bien filtrada de forma natural y que recoge también el aporte mineral de sus ricas tierras. Esto es perfecto para sus cultivos y sin duda el agua de la Palma pone su sello de calidad al plátano de Canarias que aquí se produce.

La Historia del Plátano de Canarias

Está bien saber algo acerca de la historia de este cultivo y

más si tenemos presente a la isla de la Palma. No son pocas las personas que creen que el plátano llega a España a través del descubrimiento de las américas y desde éstas zonas de Sudamérica y América Central. Debemos conocer que la historia es justamente al revés. ¡Mira, mira!
Introducción del Plátano en España

El cultivo de esta maravilla de fruta se inició en zonas del Sudeste Asiático, islas y países entre Malasia y la India. Países y zonas donde esta planta era originaria y donde ya cultivaban y consumían estos frutos. Se sabe que fue durante el siglo V cuando este cultivo comenzó a pasar al continente Africano, donde la costa este y zonas como Kenia, Mozambique, Guinea y Tanzania se iniciaron en los cultivos bananeros; algo lógico si pensamos que las primeras plataneras llegaron al continente africano vía Madagascar.

Fue ya durante el siglo XV cuando estas plataneras procedentes de África se comenzaron a extender por las costas del mar Mediterráneo siendo un cultivo que se adaptaba más o menos bien en las zonas de baja altitud, gracias a la suavidad del clima aportada por el mar. El plátano llegó concretamente al archipiélago canario directamente desde Guinea Ecuatorial y fue traído gracias a las expediciones portuguesas de la época.

Hemos de tener en cuenta que el clima ideal para el plátano requiere temperaturas en torno a los 20 – 25 grados y que además se trata de un cultivo muy intensivo en necesidad de agua, buen suelo filtrante y sustratos de limo, arenosos pero con buena presencia de arcillas. Motivo por el cual nuestras amadas islas Canarias eran perfectas para obtener calidad y cantidad de este jugoso fruto.

Fue durante la colonización de las américas y los tiempos posteriores cuando se llevó este tipo de cultivo al nuevo mundo conocido. Es decir… al igual que ocurrió con el trigo, fueron los españoles los que llevaron el cultivo del plátano para allá y no al revés. De América trajeron muchísimas otras cosas como el cacao, el tabaco, la patata, el tomate, la piña y otros tubérculos como la yuca, el boniato…

Muestra una goleta histórica de la época colonial, cuando se exportó el plátano de canarias al continente americano.

Expansión del cultivo del plátano en Canarias

Muchas personas creen que el cultivo del plátano en el archipiélago canario se comenzó a expandir desde sus inicios, durante los siglos XV y XVI. Existe la falsa creencia que el plátano de Canarias siempre ha sido la base de la economía agraria en las islas. Esto no ha sido así.

Debemos saber que en la Palma dominaba la agricultura de subsistencia. Tras la conquista de las islas había que asegurar el autoabastecimiento de los nuevos pobladores que vendrían a la isla, al igual que ocurrió en el resto de islas del archipiélago. Abundaron pues los cultivos de trigo y cebada, además de los pequeños cultivos de huerta como los frutales y las hortalizas.

Tras ello, durante los siglos XVIII y XIX las islas se incorporaron a las rutas comerciales atlánticas, donde la Palma jugó un papel bastante importante, siendo granero de otras islas como el Hierro, la Gomera e incluso Gran Canaria y jugando un papel especial en la economía agraria de exportación con los cultivos de la caña de azúcar y el vino. De modo que no siempre el plátano fue el protagonista.

El Plátano de Canarias en la Palma durante el siglo XX

No fue hasta finales del siglo XIX y durante todo el siglo XX cuando el plátano de Canarias prácticamente se convirtió en el rey de los cultivos en la Palma, al igual que ocurrió en las islas de Tenerife y Gran Canaria. La principal empresa comercializadora de plátanos se ubicaba en Tazacorte y fue la empresa de Pedro Suarez, quien también se dedicó a su exportación.

Pero no podemos terminar de hablar del plátano de Canarias sin mencionar la importancia que tuvo para su expansión el mercado y su comercialización en el Reino Unido. Es el momento de nombrar a Edward Wathen Fyffe, un conocido británico que enfermó de la enfermedad de moda por aquel entonces, la Tuberculosis.

No eran pocos los británicos más adinerados, que venían a tomar un respiro vacacional o buscando la sanación de su enfermedad a las islas Canarias. De hecho en la Palma, gran parte de los visitantes del Reino Unido venían a curarse y a mejorar su estado de salud a la Fuente Santa (en Fuencaliente). Edward jamás había visto un plátano en su vida pero el sabor, el aroma y la calidad de este fruto le cautivó y supo que también cautivaría al resto de británicos en su isla.

Edward y su empresa Fyffes se encargaron de exportar y comercializar el plátano de Canarias en el mercado inglés y finalmente, junto a otras empresas exportadoras, el plátano canario se fue extendiendo por todos los mercados europeos. Hasta el día de hoy, desde aquel entonces, el plátano de Canarias sigue siendo el producto agrícola por excelencia de casi todo el archipiélago pero, muy en especial, de la isla de la Palma.

En lo que llevamos de siglo XXI otros cultivos comienzan a practicarse en abundancia. Hablamos del aguacate, que sigue en auge entre los palmeros, pero también de otros frutos tropicales como la papaya y el mango. No obstante solo hemos de darnos un paseo por la isla de la Palma para darnos cuenta que el plátano de Canarias sigue siendo el rey.

Variedades de plátano cultivadas en la Palma

Las variedades de plátano cultivadas en las islas Canarias pertenecen a la familia del plátano Cavendish, que es como la mayoría de los consumidores conocemos a este tipo de fruta. No obstante Cavendish no es la variedad, ya que todas las variedades presentadas se agrupan en esta familia.

En la Palma y en todo el archipiélago todavía podremos encontrar las siguientes variedades de plataneras:

  • Pequeña enana
  • Gran enana
  • Gros Michel
  • Poyo
  • Lacatán

La realidad es que todas las variedades nos dan el plátano de Canarias que todos deseamos, con sus características motas negras en la piel, su extrema jugosidad y dulzura así como ese aroma tan característico. Distinguimos estas variedades no tanto por sus diferencias en el fruto (que son poco apreciables, aunque no despreciables) sino por las características de la propia planta platanera.

La pequeña enana y la gran enana son variedades más bajas en altura, rondan entre los 2 y los y los 3 metros. Son ideales para su cultivo en las islas, ya que al ser más bajitas los vientos no generan tanta problemática al cultivo. Las otras variedades son ejemplares de mayor altura; por ejemplo la Gros Michel suele llegar hasta los ocho metros por lo que deben ser protegidas del viento mediante altas paredes o invernaderos.

Algunas variedades se adaptan mejor al frío, por lo que pueden cultivarse en las zonas de mayor altitud. No obstante es un cultivo ideal para producir a altitudes tope de 300 metros. Alguna de las mencionadas variedades soporta mejor unas plagas que otras y viceversa. Por ello la elección de la variedad siempre va a depender de las preferencias de cada agricultor. Se busca el mejor equilibrio entre producción – altura de la planta según el viento – resistencia a plaga – coste.

La mayoría de agricultores prefiere sembrar la variedad gran enana y pequeña enana, centrándose básicamente en la buena producción (que llega a los 60.000 kilos por hectárea) y su escasa altitud (más manejable en las zonas donde azota con fuerza el alisio).

El Cultivo del Plátano de Canarias:

Si has llegado hasta aquí quizás te interesa conocer, aunque sea por encima, cómo funciona el cultivo de esta maravillosa fruta que podemos encontrar por casi todos los rincones de la Palma. Vamos a ver las principales fases de un cultivo platanero al uso:

Preparación de la finca

Se necesita generalmente una protección el altura. Actualmente suelen ser armaduras metálicas y plásticos de invernadero pero todavía quedan las super paredes de piedra que podemos ver en la Palma; como ya hemos mencionado lo que se busca es una protección ante los azotes del viento.

Además se necesita fácil acceso al agua de riego. Tradicionalmente se inundaba mediante el uso de canales pero en la actualidad se controla el riego con mecanismos de auto riego controlado. Se necesita también el uso de abonadoras, en los laterales de la finca o en pequeñas construcciones aledañas que suelen albergar también las bombas de riego y los sistemas de auto riego y luz.

Hay que preparar el terreno. Este debe tener buena base de drenaje y filtración, una buena capa de tierra arenosa con buen componente de arcillas y abono natural, como puede ser el estiércol. Además se prepara una capa de mantillo de compost. Actualmente se está extendiendo el autoabastecimiento de compostaje a base de los restos de poda, césped, estiércol y los restos de las propias plataneras del año o años anteriores.

Los agricultores además deben idear a la perfección el encuadre y la disposición de su finca, teniendo en cuenta la afección del viento pero primando la orientación respecto al sol.

Colocación y siembra de las plataneras

Un cultivo platanero necesita buenas horas de luz solar y es importante idear la posición de las líneas de la plantación, respecto al encuadre de la finca. Éstas deberán mantenerse además durante los sucesivos años que dure el cultivo, mediante el proceso del deshijado.

La colocación de las pequeñas plantas se realiza a unos 15 centímetros de profundidad del suelo y se suele dejar una distancia de unos dos metros entre planta y planta.

Un correcto control del suelo, buena cantidad de agua y horas de luz solar es todo lo que necesitan estas plantas para crecer. Se controla exhaustivamente la aparición de plagas (que es el principal problema de este tipo de cultivo, ya que son demasiado dañinas). Debemos saber que con los cuidados adecuados éstas plantas crecen bastante rápido y al año darán sus frutos.

Abonado de la tierra

El plátano es un cultivo que requiere bastante mimo en este aspecto. Si deseamos obtener una buena cosecha y con plátanos de calidad, hemos de tener en cuenta que a este cultivo le gusta consumir su proporción correcta de macronutrientes (nitrógeno, fósforo y potasio) pero también necesitaremos planear los aportes de minerales como el calcio, el hierro o el magnesio.

Las grandes producciones siguen empleando abonos químicos, correctamente balanceados y controlados en sus abonadoras en las cantidades que necesita el cultivo cada año. Pero hemos de tender, cada vez más, hacia el cultivo ecológico y ya podemos encontrar varios en la isla de la Palma. Mediante el compostaje, el uso de estiércol, guano y humus de lombriz, el cuerno molido o las espinas de pescado se puede aportar a la tierra todo lo que los cultivos necesitan.

Control de plagas

Es uno de los mayores dolores de cabeza entre los agricultores del plátano de Canarias. Se deben cuidar los riegos y la humedad del suelo. Es un cultivo al que le encanta el agua pero no el fango ni los charcos, ya que es sensible a los hongos y al ahogamiento de sus pequeñas raíces.

Pero sobre todo se teme al picudo o la picuda. Un insecto que puede llegar a arruinar plantaciones enteras si no se le detecta y combate. No existe ningún insecticida homologado que sirva contra esta plaga. Tampoco existe ningún repelente natural efectivo contra el picudo negro, de modo que lo que se usa en todos los cultivos son las trampas de feromonas. Capturar a este bichejo en fase adulta es lo mejor que se puede hacer ante este posible y amenazante problema.

Además siempre está presente la enfermedad de Panamá o el mal de Panamá; se trata de un hongo que ataca a las variedades enana y gran enana, que como ya mencionamos antes son de las más elegidas en Canarias. Suele controlarse mediante el control exhaustivo de los riegos, la composición de un suelo filtrante con buen drenaje, el minimizar las sombras o maximizar el aporte solar a la zona de cultivo dañada, la calcificación de los suelos ácidos en exceso o si el mal ha ido a mayores… la renovación y recomposición del suelo.

En la actualidad existen numerosos cultivos que se basan en el aceite de neem y los jabones potásicos como principales plaguicidas. No obstante se usan demasiados productos fitosanitarios, como ocurre en toda la agricultura intensiva de los tiempos actuales. Es por ello que existe un control muy duro y pertinente para que no se empleen sustancias prohibidas o no aprobadas por los organismos de la UE.

Control de fitosanitarios en los cultivos de Plátano de Canarias

Las autoridades competentes llevan a cabo un control exhaustivo de los fitosanitarios empleados en todos los cultivos plataneros en la isla.

De forma aleatoria se seleccionan varias piñas de plátanos y se toma una muestra de forma minuciosa. Esta muestra es controlada y se lleva a un laboratorio de tal modo que si se detecta cualquier sustancia prohibida o exceso en alguno de los productos empleados se considera no apta para el consumo y dicho cultivo se pone en cuarentena. Algunos días después y de acuerdo a los protocolos de control, se repite la inspección y se realizan tomas de más muestras.

Si el resultado es negativo, se levanta la cuarentena y se sigue llevando el pertinente control. Pero si el resultado vuelve a ser positivo, esa plantación se cierra y no será posible comercializar el producto en el mercado.

La Unión Europea y el Gobierno controlan mucho esta materia y cada vez se tiende más al fomento de la agricultura ecológica y segura para la salud de los consumidores. De ahí la batalla de los agricultores nacionales frente al mercado internacional de banana latinoamericana, ya que obviamente resulta imposible competir en coste con los plátanos que llegan de mercados donde no existen controles, tan rigurosos, en este aspecto.

El proceso del deshijado

Las plataneras no se reproducen por polinización, no existen machos ni hembras y ya sabrás que los frutos no contienen semillas. Las plántulas se obtienen a partir de los «hijos» de una planta platanera «madre». Es decir que deben separar los retoños que brotan del suelo junto a la planta principal o madre.

Esto tiene mucho que ver con uno de los procesos más laboriosos y característicos del cultivo platanero: el deshijado. Un proceso que se lleva a cabo de forma manual con una herramienta de corte que se denomina barreta, similar a un destornillador plano, gigante y con la punta afilada para cortar los brotes seleccionados como hijos no sucesores.

La técnica del buen platanero hace seleccionar un único hijo (a veces dos) que será el brote que brindará su cosecha al año siguiente en cada una de las plataneras. Los llamados «hijos de fondo» son los primeros en brotar de la planta madre y siempre son desechados como sucesores. Los «hijos de agua» son alargados y tampoco serán buenos sucesores.

Además dentro de los posibles sucesores hay que saber elegir aquel que dará buena continuidad al cultivo; debe mantener las líneas y el encuadre de la plantación. Pensemos que a lo largo de tres o cuatro cosechas, el siguiente hijo debe salir en el mismo lugar donde estaba la madre inicial.

Seleccionar de forma errónea los hijos en el cultivo dará problemas futuros de fuerza, vigor y alineaciones incorrectas en la plantación; lo que puede suponer mermas en las futuras producciones de este cultivo. Además el proceso del deshijado influye directamente en el desarrollo de la planta y en consecuencia, de su producción.

Como ves, es un proceso curioso, singular y para el que se debe contar con la sabiduría y la experiencia necesaria. Además es una labor manual, que no se puede mecanizar y por muchos es considerada un arte «el arte del deshijado», ya que se debe hacer coincidir con el momento exacto. ¿Cuál? el que haga que la platanera de su producción en la época idónea (que para el agricultor es cuando mejor se pague la cosecha).

Floración y fructificación

Muchas personas desconocen incluso la forma en la que estas plantas presentan sus frutos. Algo que no deberías saber si nuca has estado en una finca de plátanos; ya que siempre los vemos presentados por separado o en conjuntos (manos) de varios plátanos en los comercios.

El fruto cuelga de la platanera hacia el suelo en un gran conjunto de plátanos que presenta forma de cilindro o cono, algo más estrecho por su parte baja. A este conjunto de frutos le denominamos «piña» y cada piña puede contener entre 200 y 250 plátanos. Del centro de la piña cuelga una característica flor grande y cada uno de los plátanos también contiene una pequeña flor en su punta (el circulito negro que ves y que agrupa la cáscara cuando lo pelas).

Los plátanos de la piña van creciendo, se modifica el plan de abono y las piñas van engordando, incrementando su peso y conformando la jugosidad y dulzura que caracterizarán sus plátanos cuando ya estén maduros.

Cuando las piñas presentan un buen tamaño y los plátanos están cercanos a su punto de corte se llevan a cabo las siguientes labores:

  • Apoyos: no en todas, pero normalmente en algunas plantas se debe bridar un apoyo para que el peso de las piñas no vuelquen toda la planta al suelo.
  • Desfloración: otra acción costosa, que se debe realizar mediante procesos manuales. A veces directamente con la mano y otras, ayudados con una herramienta de corte. Se trata simplemente de eliminar la flor de todos y cada uno de los plátanos que contiene cada piña de la plantación. Si no se hiciera esta labor, los plátanos se pudrirían enseguida.
  • Cobertura: se cubren las piñas que vayan a ser cortadas en poco tiempo. Una bolsa de plástico cubre toda la piña, de forma minuciosa, hasta su origen y sin dejar agujeros u oquedades. Esta labor es importante y se realiza con la misión de que no entre al fruto ninguna plaga o insecto indeseado que pudiera echar a perder la cosecha. El insecto más temido es la lagarta de la platanera: una mariposa nocturna que puede entrar en los frutos, en su etapa larvaria (un gusano de color verde).

Cosecha

A muchas personas les llama la atención que se cosechen los plátanos con una coloración tan verde. Algunos visitantes comentan que pensaban que, al menos los que se comían aquí en las islas, se dejaban en la planta hasta verse bien maduros, con ese característico color amarillo. La respuesta es negativa.

Tanto los plátanos que se consumen en la isla, como los que van para exportación a la península o a los mercados europeos se cortan cuando la piña todavía es de color verde. Es la forma adecuada de que el producto responda bien a los procesos de corte, transporte y empaquetado.

Las piñas posteriormente suelen separarse en manos (conjuntos de 8, 10 a 15 plátanos unidos a su tallo) donde también madurarán con facilidad en pocos días. No los metas a la nevera, tampoco los tengas a la luz. La mejor forma de que maduren, salgan bien buenos y plagados de motitas negras es taparlos con un trapo en un lugar fresco y seco de la casa. No te olvides de que los tienes ahí o en pocos días madurarán demasiado y tendremos el habitáculo ¡lleno de pequeñas moscas!

¿Quieres saber más sobre la Cultura del Plátano de Canarias?

Si te ha gustado aprender sobre el cultivo del mejor plátano del mundo, te invitamos a ver esta serie de vídeos de la mano de Asprocan. Podrás visualizar todo lo que hemos comentado en esta entrada del blog contado y explicado por alguno de sus protagonistas.

👉 Ver en Youtube la serie sobre la cultura del plátano en Canarias